Jardines de Lluvia

Los Jardines de Lluvia o “Raingardens” en inglés, son jardines de bajo mantenimiento, de riego autosostenible, diseñados para proteger los ríos y arroyos, los cuales, luego de llover, capturan el agua que corre de forma superficial.

Son llamados sistemas de biorretención ya que utilizan el suelo, las plantas, las raíces y los microorganismos para proporcionar tratamiento al agua de lluvia. Los jardines de lluvia están diseñados para retener el exceso de agua de lluvia, nutrientes, basura y sedimentos provenientes de la contaminación de bahías, océanos y vías fluviales. Pueden también ser utilizados para capturar el excedente de agua de los tanques que almacenan agua de lluvia.

Cómo funcionan los jardines de lluvia.  Un jardín de lluvia recolecta y mantiene en su superficie el agua hasta empapar las plantas y la capa filtrante. Los desperdicios y sedimentos son atrapados en la superficie. Los nutrientes disueltos en el agua de lluvia son utilizados por las plantas y las toxinas se adhieren al suelo. El suelo y las raíces de las plantas trabajan juntos para filtrar de forma natural el agua y eliminar los contaminantes.

La imagen muestra el perfil de un jardín de lluvia:

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Cómo construir un jardín de lluvia para hortalizas.

Un jardín de lluvia para hortalizas es un jardín diseñado para recibir y filtrar agua de lluvia proveniente de los techos. Al construir un cajón como macetero, podemos recolectar agua del techo utilizando un bajante.

Mientras que un jardín de lluvia convencional recibe el agua de lluvia que corre sobre la superficie, un jardín de lluvia para hortalizas está sub-irrigado, es decir, el agua es introducida en su base. Esto ayuda a prevenir que las hortalizas se vean sumergidas después de un fuerte aguacero y permite que el agua sea utilizada de forma más eficiente al haber menos evaporación de la superficie del suelo.

Al incorporar capas de suelo y arena las cuales sirven como filtro y grava para el drenaje, un jardín de lluvia para hortalizas puede ayudar a proteger los ríos y arroyos de los contaminantes del agua de lluvia y de las intensas corrientes que pueden causar erosión.raingarden8

 

Ubicación. Se debe construir tan cerca como sea posible de una fuente de agua de lluvia, como por ejemplo, de un bajante. Se debe colocar al menos, a unos 300mm lejos de cualquier estructura permanente (por ejemplo, un edificio). Cualquier jardín de lluvia construido dentro de los cinco metros a partir de una estructura permanente debería ser de PVC corrugado para prevenir la infiltración de agua en los suelos de los alrededores y cimientos de los edificios. Por el contrario, si no se encuentra dentro de los cinco metros a partir de una estructura permanente, debería ser construido con una base no corrugada para permitir que algo de agua se infiltre en el suelo. Además, debe ser colocado de forma tal que reciba tanto sol directo como sea posible. Se deben localizar los servicios de gas, electricidad y agua que corren cerca de la casa para así determinar dónde se puede construir el jardín de lluvia para hortalizas, además, no debería ser construido sobre o cerca de un pozo séptico.

Tamaño. Hay que asegurarse de que el jardín de lluvia sea lo suficientemente grande como para manejar la cantidad de agua de lluvia que recibirá. Si el jardín de lluvia va a capturar el agua del techo a través de un bajante, se debe medir el área del techo que suministrará el agua que descenderá por dicho bajante. Generalmente, el tamaño del jardín de lluvia no debería ser menor al 2% del área de escorrentía. Tampoco debe ser demasiado grande (>10%), ya que puede hacer que se presenten zonas “secas” en el jardín de lluvia para hortalizas lo cual no es apropiado para que crezcan vegetales. La siguiente tabla puede ayudar a decidir el tamaño correcto.raingarden3

Preparando el macetero y la red de tuberías.

Se puede construir el tiesto o macetero para las hortalizas de cualquier material siempre y cuando sea hermético al agua y lo suficientemente fuerte como para soportar suelo saturado. Podría ser un tanque de hierro corrugado o construirse utilizando madera resistente o un material similar. Si el jardín de lluvia está ubicado dentro de los cinco metros desde una estructura permanente, los lados y la base de la caja requerirán PVC corrugado.

  • Haz coincidir las láminas y sella las uniones con cinta PVC.
  • Coloca la grava lavada y limpia (50 mm de espesor). Esta formará la base para la tubería de drenaje.
  • Corta una sección de 90 mm de diámetro de tubería de drenaje. La longitud de la tubería de drenaje necesita ser ligeramente más corta que la longitud (interna) de la caja-macetero. Coloca la tubería acostada de forma horizontal en el centro de la base de la caja-macetero sobre la capa de 50 mm de grava.
  • Coloca un tapón en el extremo de la tubería (interna). Todas las piezas deben sellarse con pegamento. Abre un orificio de 90 mm de diámetro en el centro de uno de los lados de la caja a 50 mm de la base. Introduce el extremo de la tubería (sin tapón) a través de este orificio, manteniendo el resto del tubo en el interior de la caja. Se debe rellenar el espacio entre la tubería y este orificio con sellador. El extremo que sobresale por el orificio se conecta al bajante, utilizando para ello tubería adicional y “codos” (tubos curvos).
  • La infraestructura de tuberías requiere incorporar un desagüe para verter el exceso de agua de regreso al sistema de drenaje de agua de lluvia. Para ello, conecta una sección de 90 mm de diámetro de tubería de PVC al bajante utilizando una unión “T”. La tubería de drenaje externa a la caja debe ser colocada a la misma altura que la superficie del suelo de la caja (luego de finalizada). Es decir, a unos 200 mm desde la parte superior de la caja. Luego se conecta la tubería de drenaje al sistema principal de drenaje de agua de lluvia.
  • Se recomienda marcar la altura de la conexión de la tubería de drenaje en el interior del macetero utilizando un marcador permanente. Cuando se llene el cajón, esta marca puede ser usada como guía para saber cuánto suelo añadir. La superficie del suelo debe nivelarse con esta marca.raingarden4

Capas de suelo.

a.- Capa de grava. Añade grava 150 mm por encima del tubo de drenaje hasta alcanzar un total de 200mm. Ten cuidado de no mover o dañar la tubería cuando añadas la grava adicional.

b.- Capa de arena. Coloca una capa de tela geotextil sobre la grava y luego arena blanca lavada hasta 100mm. El geotextil previene que la arena baje actuando además como una “mecha” horizontal, moviendo el agua hacia todas las esquinas del jardín de lluvia para hortalizas. El uso de mechas verticales también es recomendado para ayudar en el movimiento hacia arriba (subida por capilaridad) del agua. Esto ayudará a las plantas a obtener el agua que de otra forma permanecería por debajo de la capa de arena.

Las mechas fabricadas para maceteros están comercialmente disponibles, pero puedes usar cualquier clase de tela, incluyendo alguna ropa que ya no utilices y cualquier geotextil sobrante. La tela debe enrollarse formando un cilindro o puedes envolver la tela alrededor de un tubo pequeño para ayudar a crear una forma cilíndrica. Debe ser lo suficientemente larga como para que cubra al menos la mitad de la altura del macetero (es decir, aproximadamente entre 500 y 700 mm).

Coloca el extremo inferior de la mecha vertical en la capa de grava, tan profundo como puedas. Debes cortar un pequeño agujero en el geotextil que separa las capas de arena y grava y pasar la mecha a través de él. Rellena la arena y luego coloca la mezcla para el jardín vegetal alrededor de la mecha. Mantén la mecha razonablemente vertical de tal forma que la parte superior de la mecha también alcance la capa de mezcla para jardín vegetal. De dos a tres mechas son suficientes para un jardín de lluvia para hortalizas de 2 m2.

c.- Capa de mezcla para jardín de vegetales. Añade mezcla para huerto a una profundidad de 350 mm o a la altura de la conexión del bajante de drenaje. La mezcla para huerto es usualmente una mezcla de estiércol animal y desechos verdes sometidos a compostaje, con algo de arena para drenaje. Está disponible en casas comerciales de jardinería y viveros. Se recomienda asegurarse de que no contengan fertilizantes inorgánicos que podrían dañar las vías fluviales locales.

Plantas y hortalizas. Una amplia variedad de vegetales pueden cultivarse en el jardín de lluvia de hortalizas incluyendo tomates, judías, lechuga, espinaca, pepino, remolacha, cebolla y puerro. También hierbas aromáticas como albahaca y perejil. Los vegetales pueden ser plantados en semilla o plántulas; éstas últimas generalmente necesitan menos riego manual para prosperar.

Cuando selecciones los vegetales que plantarás, recuerda considerar la época del año en la que estás plantando. También toma en cuenta los requerimientos de sol/sombra y de espacio de cada planta. Mientras que un jardín de lluvia tradicional es plantado densamente para cubrir toda la superficie, las hortalizas generalmente requieren más espacio y no crecen bien si son muchas. Los fertilizantes y pesticidas químicos no deben ser utilizados en el jardín de lluvia de hortalizas, ya que los nutrientes en el fertilizante y los componentes de los pesticidas químicos pueden ejercer un efecto perjudicial sobre la flora y la fauna acuáticas.

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Mantillo o mulch. Esparce mantillo a una profundidad de 20 mm alrededor de las plantas. El mantillo de paja de guisante es ideal para un jardín de lluvia de hortalizas ya que proporciona nutrientes a las plantas cuando se descompone lo cual reduce la necesidad de fertilizante adicional. Evita utilizar mantillo de grava porque sería como quemar las plantas durante los períodos de calor y no añade ningún nutriente al suelo.

Una vez establecido, un jardín de lluvia para hortalizas es de bajo mantenimiento, sin embargo, varias recomendaciones pueden ayudar a que funcione bien:

  • Inspecciona tu jardín de lluvia para vegetales con regularidad, esto es, riega en los meses calurosos, y durante los períodos secos. Si las plantas parecen marchitas o si la capa de mezcla está muy seca al tacto, riega con una manguera o sistema de irrigación. No debería requerir agua adicional en los meses de invierno.
  • No riegues excesivamente tu jardín de lluvia de hortalizas y evita regar inmediatamente antes o después de la lluvia. Esto permitirá que el sistema funcione de forma más efectiva.
  • El uso de fertilizantes y pesticidas debe ser evitado. Si es necesario, aplica pequeñas cantidades y asegúrate de que el drenaje ha sido establecido apropiadamente; para evitar contaminar las corrientes fluviales, inspecciona la infraestructura de tuberías con regularidad.
  • El mantillo ayudará a retener humedad en tu jardín de lluvia y prevendrá la aparición de hierbas. Sin embargo, algunas hierbas pueden ser necesarias hasta que las plantas hayan madurado.
  • Redes para pájaros pueden ser ubicadas en tu jardín de lluvia para vegetales con el fin de desalentar a las plagas.
  • Cosecha y reemplaza las plantas cuando sea necesario.
  • El nivel de la mezcla para el jardín de vegetales necesita permanecer contante. Si el nivel de la superficie del suelo cae de forma importante por debajo de la altura del drenaje, las plantas pueden llegar a estar sumergidas luego de una lluvia torrencial afectando su crecimiento. Completa la mezcla para hortalizas cuando sea necesario.
  • Asegúrate de que el tubo de drenaje no se bloquee y elimina cualquier sedimento.

 

Si deseas conocer más sobre los jardines de lluvia visita la página web de Aguas de Melbourne (en inglés) de donde he extraído la información publicada en esta entrada.

Ideas ingeniosas para lidiar con la sequía

Hace unos años, recuerdo haber visto una caricatura que representaba a una persona recién levantada y que asomada a una ventana, decía:  “Soñé que llovía”. Esto, en alusión a una de las peores sequías experimentadas en mi país, Venezuela, como consecuencia del fenómeno climático de El Niño. Desde entonces, el patrón de lluvias se ha visto severamente afectado, trayendo consigo graves problemas de abastecimiento de agua y electricidad.

El presente ciclo, iniciado a finales del año pasado 2015 y que continúa afectándonos hasta el día de hoy, ha sido de una intensidad nunca antes registrada. Según las predicciones de los climatólogos el actual fenómeno de El Niño podría convertirse en el más fuerte jamás experimentado hasta ahora.

Pero, ¿qué es El Niño? Es un fenómeno natural caracterizado por el calentamiento anormal de la temperatura superficial del mar en el océano Pacífico ecuatorial central y oriental. En promedio, se produce cada dos a siete años y puede durar hasta 18 meses. Durante los episodios de El Niño, los patrones normales de precipitaciones y de circulación atmosférica tropical se ven perturbados, desencadenando eventos climáticos extremos en todo el planeta tales como: abundantes precipitaciones, inundaciones, incremento de la temperatura del océano, sequías, incendios forestales y tifones más potentes en el Pacífico Occidental.

Los efectos de El Niño ya se han sentido en algunos países. Por ejemplo, en el “corredor seco” de América central (región propensa a la sequía, compartida por Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador) se ha perdido el 80 por ciento de los cultivos. En Papúa Nueva Guinea, 2,4 millones de personas —una tercera parte de la población total del país— se ven afectadas por la sequía y las heladas, y es probable que estas cifras aumenten a medida que El Niño continúe.

Si bien la sequía es la principal amenaza para la producción de alimentos causada por este fenómeno, El Niño puede provocar también fuertes precipitaciones, inundaciones o un clima extremadamente caliente o frío. Ello puede dar lugar a que se produzcan brotes de enfermedades de los animales, como zoonosis y enfermedades transmitidas por los alimentos, así como plagas de las plantas y fuegos forestales.

Haz clic AQUÍ si quieres saber más sobre el fenómeno climático de El Niño. También puedes visitar la página de la FAO:  http://www.fao.org/el-nino/es/

Frente a este panorama desalentador, tenemos que tomar previsiones si queremos mantener nuestro huerto saludable y rozagante. A continuación, te muestro algunas ideas que nos permitirán hacer un uso responsable de este vital pero escaso elemento.

Lluvia “sólida”. Como una alternativa al problema de la sequía y el cambio climático, el ingeniero mexicano Sergio Rico Velasco desarrolló un sistema de riego denominado «lluvia sólida», que eleva casi 20 veces el rendimiento agrícola en zonas secas. El invento consiste en el uso de una sustancia que atrapa el agua en forma de gel y la adhiere a las raíces de las plantas, lo que permite gelatinizar los líquidos y rehidratarlos repetidas veces durante su vida útil, que va de 8 a 10 años. Este producto puede utilizarse en todo tipo de vegetación, como pastos o bosques, y sobre todo en la producción de alimentos. La raíz se mantiene húmeda por varios meses, y se rehidrata en repetidas ocasiones con las precipitaciones. El agua de lluvia se adhiere al gel localizado en las raíces de las plantas y éste se humedece lo suficiente y permite aprovechar al máximo el líquido, con lo que no hay desperdicio, el agua no se filtra al subsuelo, ni se evapora.

La «lluvia sólida» es ideal para sembrar en zonas áridas, áreas de baja precipitación y en parcelas sin riego. Además, la técnica permite almacenar y transportar agua en este estado hacia lugares de difícil acceso, o en zonas dónde no llueve por períodos extendidos.

¿Cómo funciona? La lluvia sólida es agua obtenida de la lluvia o de cualquier toma de agua, esta se guarda en forma molecular en acrilatos de potasio súper absorbentes, que son capaces de almacenar hasta 500 veces su peso en agua, sin modificar la estructura química de la misma, teniendo como resultado lluvia o agua sólida. Esta tecnología fue denominada por Velasco “Silos de agua” ya que ofrece la posibilidad de almacenar agua en costales o bolsas de plástico en forma de lluvia sólida para posteriormente poder aprovecharse en cualquier época del año, es fácil de transportar evitando pérdidas al ser transportada.

La aplicación de los “silos de agua”,  es simple: los geles se entierran a la altura de la raíz y cuando llueve el agua se vuelve sólida (la tecnología evita que el líquido se filtre o se evapore). El agua permanece así mientras es consumida por la planta según la va necesitando. Una vez que se termina la humedad del polímero éste vuelve a hacerse polvo y cuando llueve nuevamente vuelve a encapsular el agua, manteniéndose en la tierra por un lapso de ocho a diez años.

Lluvia sólidaAlgunos países en los que se comercializa y puedes adquirirlo: México, India, Colombia, Guatemala, Honduras, Ecuador, Nicaragua, España, Portugal, Dubai, Haití y Estados Unidos.

Geles. Agua y nutrientes de lenta liberación. Un gel se define como una red tridimensional de cadenas flexibles, constituida por unos elementos conectados de una determinada manera e hinchada por un líquido. En el caso de que éste último sea agua, se denominan Hidrogeles.

Los hidrogeles son  hidrófilos, es decir, afines al agua, así como blandos, elásticos y en presencia de agua se hinchan, aumentando considerablemente su volumen, pero manteniendo su forma hasta alcanzar un equilibrio físico-químico, mientras que en estado deshidratado son cristalinos. Gracias a esta propiedad, su principal aplicación en agricultura es como un agente que permite la liberación controlada de agua y como estructurador de suelos.

¿Cómo funciona? Los hidrogeles se hinchan con el agua y este hinchamiento es reversible, de tal manera que pueden ser aplicados en el suelo y cuando llueve se hinchan, absorbiendo parte del agua de lluvia, y cuando hay época de sequía, éstos liberan poco a poco el agua absorbida. Suelen emplearse con esta aplicación tres tipos de hidrogeles: poliacrilamida, poliacrilato de sodio y un copolímero de poliacrilamida y acrilato de sodio.

El uso de hidrogeles reduce la erosión del suelo, favorece la regeneración de la materia orgánica y la aireación del suelo, evita la acumulación de sales en la superficie y la excesiva pérdida de agua, aumentando la retención de los nutrientes de las plantas.

En las tiendas especializadas y viveros puedes encontrar varias marcas comerciales de hidrogeles. Algunos no solo suministran agua sino también nutrientes.

Riego por goteo. El riego por goteo es un método de irrigación utilizado en las zonas áridas que permite la utilización óptima de agua y abonos. El agua aplicada por este método de riego se infiltra hacia las raíces de las plantas irrigando directamente la zona de influencia de las raíces a través de un sistema de tuberías y emisores (goteros).

Este método fue impulsado por el israelí Simha Blass quien fundó Netafim, la mayor compañía que existe actualmente en el campo de la agricultura industrial en Israel. Descubrió que un goteo lento y equilibrado conducía a un crecimiento notable. Creó una tubería que libera lentamente el agua en la proximidad de las plantas a través de un número variable de puntos de emisión (emisores o goteros) sin evaporación. Al reducir el volumen de suelo mojado, y por tanto su capacidad de almacenamiento, se debe operar con una alta frecuencia de aplicación, a caudales pequeños.

Desde entonces, el riego por goteo se ha convertido en el eje central de las tecnologías agrícolas. Se ha demostrado que un exceso de agua puede tener efectos negativos en los cultivos, a veces incluso más dañinos que los producidos por la escasez.

Los modelos más recientes se auto-limpian y mantienen un caudal uniforme, independientemente de la calidad del agua y de la presión.

Riego por goteo utilizando botellas de plástico recicladas. Crear un mecanismo casero del sistema de riego por goteo es relativamente sencillo. Un método básico consiste en una botella plástica llena de agua, conectada a un sistema de perfusión de suero intravenoso. La botella se dispone en posición vertical, se abre un agujero en la tapa y se conecta el sistema de perfusión a través de él. La cámara del goteo se ajusta de acuerdo a la frecuencia de goteo que se requiera, y se entierra la boca de la manguera a 2 cm de profundidad, cerca del tallo de la planta.

Una variante más simple (pero de mayor frecuencia de goteo) de este mecanismo es abrir un agujero en la tapa de la botella con un alfiler, cortar un pequeño trozo circular de tela gruesa, e introducirlo al interior de la tapa; llenar la botella de agua, cerrarla y enterrarla en posición vertical o inclinada cerca del tallo de la planta.

El riego por goteo utilizando botellas de plástico recicladas, aparte de ser una forma de reciclar nuestra propia basura, es también una buena forma de ahorrar agua, ya que de este modo la planta solo consume la cantidad que necesita. Este método se puede utilizar tanto para el riego de plantas y árboles en viveros como en zonas urbanas donde hay muchas botellas de plástico de desecho.

Este método sólo emplea una cantidad mínima de agua; pensamos, equivocadamente, que debemos regar las plantas hasta encharcar, sin embargo, al regar por goteo, las plantas reciben sólo la cantidad de agua que necesitan.

Si necesitamos salir de vacaciones y se utiliza este método, nuestras plantas no sufrirán de sequía.

En Internet encontrarás muchos videos que explican diferentes formas de preparar las botellas; AQUÍ te dejo una que me pareció bastante sencilla:

Materiales

Una o más botellas de plástico de litro y medio o de más capacidad.

Un martillo o taladro.

Una aguja gruesa o pica hielo.

Un pedacito de algodón un poco más delgado que una mezclilla. De no tener a mano tela de buen grosor, se pueden poner varias capas de telas más delgadas.

Una broca de 1/16.

Preparación

  1. Marcar la tapa de la botella con algún objeto puntiagudo, para hacer la guía donde se perforará un agujero de 2 milímetros aproximadamente. Se puede usar una broca de 1/16 e introducirla usando un martillo o taladro.
  2. Recortar un pedazo de tela de algodón dando el contorno redondo del interior de la tapa de la botella, para formar un sello permeable al agua. De esta forma, la tela funciona como dosificador del agua.
  3. Hacer un agujero en la base de la botella, con el pica hielo o aguja para que respire.
  4. Se llena la botella con agua y se tapa.
  5. Se coloca la botella con la tapa hacia la tierra, en un ángulo de unos 45 grados junto al tallo de la planta.

Durante la primera media hora el flujo, es más acelerado que posteriormente. Se debe obtener un flujo de entre 10 y 40 gotas por minuto.

Exprimir cada gota de agua del aire. Esta tecnología consiste en bandejas de plástico reutilizables, que recogen el rocío del aire, reduciendo, hasta en un 50 por ciento, el agua que necesitan los cultivos o los árboles.

Las bandejas cuadradas, hechas de plástico reciclado y reciclable, no doméstico, con filtros UV y un aditivo de piedra caliza, rodean cada planta o árbol. Con el cambio de temperatura durante la noche, se forma rocío sobre ambas superficies de la bandeja, que canaliza el rocío y la condensación directamente a las raíces. Si llueve, las bandejas incrementan significativamente el efecto de cada milímetro de agua. Las bandejas también bloquean el sol de modo que las malas hierbas no puedan echar raíces, y protegen las plantas de los cambios de temperatura extremos. Los agricultores necesitan utilizar mucha menos agua y, a la vez, mucho menos fertilizante en el cultivo, lo cual se traduce en menos contaminación del agua subterránea.

Riego con agua salada. En extensas áreas del sur de Israel, se han hallado recursos subterráneos de agua salada. Israel ha empezado a desarrollar métodos de cultivo utilizando agua salada. De momento, se ha descubierto que el cultivo del algodón en agua salada, puede llevar a elevadas cosechas. La fruta cultivada en agua salada es más dulce y su duración es mayor que la de la fruta que se cultiva en agua dulce. Tomates, maíz, melones, sandías y pimiento producidos en agua salada ya se están comercializando y se venden con éxito en el mercado internacional.

Cosecha de agua de lluviaEs la captación de la precipitación pluvial para usarse en la vida diaria.  Aunque la idea no es nueva, es una práctica cada vez más popular en climas áridos. En la antigüedad, miles de personas empleaban el agua de lluvia como principal forma de abastecimiento y hoy en día, muchas otras la almacenan para satisfacer necesidades básicas, para disminuir el gasto por el consumo del líquido, para afrontar los problemas de escasez y como una medida que contribuye a evitar la baja de los mantos freáticos. La cosecha de lluvia puede ser tan fácil como poner un tambor o barril debajo de las canaletas del techo (un sistema de captación consistente en una serie de canales que reciben y conducen el agua por gravedad) o tan complicado como construir una cisterna subterránea con un sistema para sacar el agua. Si el agua va a ser almacenada, tiene que ser filtrada para eliminar la basura y los sedimentos.

Algunas de las ventajas de este método:

  • Ayuda a que lugares que no cuentan con sistema de suministro de agua puedan tener este recurso.
  • Reduce la demanda del agua en los hogares
  • Disminuye el uso del agua potable en actividades cotidianas
  • Disminuye el impacto ambiental y la huella hidrológica que generamos.
  • Reduce la explotación de los mantos freáticos
  • Aunque no es potable, puede tener otros usos como por ejemplo, para el sanitario o para regar jardines.

Algunas de las desventajas de este método:

  • La instalación de estos sistemas de recolección de agua de lluvia puede ser costosa.
  • Solo llueve durante determinadas temporadas.
  • Esta agua difícilmente puede ser usada como agua potable por la contaminación que presenta, así que sus usos son limitados.
  • Es muy difícil solamente subsistir de esta agua ya que se necesitarían espacio y grandes tanques para poder recolectar toda el agua que se consume anualmente por persona.

Finalmente, te dejo este enlace con cinco técnicas para cultivar con poca agua.

Sistema casero de captación de agua de lluvia

Cada vez somos más los que vivimos en áreas urbanas.

Y no solo aumenta el número de habitantes sino que el ritmo de crecimiento es tal que no permite la creación de las infraestructuras necesarias para brindar entre otros, acceso suficiente al agua y al saneamiento. Adicionalmente, el Cambio Climático afecta de forma muy importante al sistema urbano del agua y con ello, al abastecimiento de agua para regar nuestros huertos.

Los cambios en los patrones de precipitación, debido al aumento de la temperatura global, afectan la cantidad de agua disponible. Por eso, vemos cada vez con más frecuencia:

  • Cambios en la distribución y la cantidad de las precipitaciones (sequías-tormentas).
  • Aumento de la evapotranspiración y de la reducción de la humedad de la tierra.
  • Cambios en la vegetación.
  • Aumento del riesgo de incendios forestales.
  • Aumento de inundaciones costeras a causa de la elevación del nivel del mar.

Pero este panorama un tanto deprimente no debe hacernos desistir de la idea de establecer nuestra huerta en casa. De nuestra capacidad de adaptación a todos estos cambios dependerá si logramos o no superar los obstáculos y avanzar. Así que, aquí te muestro el diseño de un sistema que te permitirá recolectar el agua de la lluvia y con ella, regar las plantas de tu huerta. Aunque está pensado para un espacio amplio (como una terraza), estoy segura que nuestra inventiva permitirá adaptarlo al balcón.

La información que sigue a continuación ha sido extraída del Manual “Tecnologías apropiadas para el suministro de agua en situaciones de emergencia” publicado por la Organización Panamericana de la Salud Filial Colombia (OPS/OMS) con el fin de facilitar la capacitación de las autoridades y los habitantes de varios departamentos colombianos que han sufrido las consecuencias de varios desastres naturales.

El sistema se basa en la recolección de las aguas de lluvia de los techos de las viviendas para ser almacenadas en tanques. Es útil en zonas lluviosas, que, en épocas de sequía, utilizan agua de fuentes superficiales o se alterna con otro sistema de abastecimiento. También es apropiado para zonas que carecen de fuentes de agua permanente o de buena calidad, siempre que el techo esté en buen estado.

Componentes y diseño del sistema.

  1. Captación: Utiliza la superficie del techo de una vivienda donde se recolecta el agua de lluvia. El techo puede ser de tejas o cinc.
  2. Recolección y conducción: se realiza mediante una canaleta-canal, que reúne el agua del techo y la conduce mediante tubos a un tanque. La canaleta debe estar bien asegurada al techo para evitar fugas de agua.
  3. Bajante: es la tubería de PVC que conduce el agua de las canaletas al tanque de almacenamiento y al tanque interceptor.
  4. Tanque interceptor: es un tanque de 120 litros instalado en la parte inferior del bajante, en donde se recolecta el agua.
  5. Conexión al tanque: es un tubo de PVC, que se conecta mediante una T que actúa como desvío del agua hacia el punto de salida. Puede adicionarse una válvula de cierre rápido que optimice el desvío del agua.
  6. Rebose: es el codo o tubo de PVC instalado en la parte superior del tanque de recolección, por donde sale el agua sobrante una vez que el tanque se ha llenado.
  7. Tanque de recolección: la recolección de las aguas de lluvia se realiza en tanques que deben ser:
    • Impermeables, para evitar pérdidas por goteo o transpiración.
    • Hermético: para evitar contaminación, el ingreso de luz solar y la proliferación de insectos.
    • Accesible y con abertura amplia para realizar la limpieza y reparaciones.
  8. Otros accesorios: son los grifos y tuberías de conducción del agua de un tanque a otro.

recolección agua lluvia

El sistema originalmente incluye un tanque con filtro de arena, ya que el propósito del proyecto es que las personas puedan utilizar el agua para el consumo humano. Ya que nosotros utilizaremos el agua recogida para el riego de nuestro huerto, no necesitaremos este tanque-filtro.

Si vamos a almacenar el agua en una azotea o terraza, tendremos que tener en cuenta el peso de los tanques llenos, para lo cual nos aseguraremos primero que el suelo soporte satisfactoriamente dicho peso.

Se diseñará una estructura apropiada de soporte del sistema de recolección de agua de lluvia, acondicionando pilotes elaborados con madera resistente al agua, por ejemplo. Dependiendo de la altura a la que se encuentren las canaletas de recolección, los tanques deberán colocarse a una altura del suelo de entre 80 cm y 1,20 metros.

La recolección de las aguas de lluvia se realiza por medio de una canaleta de PVC bien asegurada a la parte inferior del techo, su dimensión dependerá de la superficie de captación, con una pendiente de 2 al 4% que permita la recolección adecuada del agua.

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A la canaleta se le acondiciona un tubo de PVC de 2,5” que servirá de bajante por el cual pasa el agua a un tanque interceptor de 120 litros, que contiene un flotador que controla el nivel de agua y un grifo para extraerla. Al llenarse el tanque interceptor, el agua se devuelve a los tanques de almacenamiento de 1000 litros.

Se debe adaptar una T al bajante de manera que permita el flujo del agua hacia los tanques de almacenamiento de 1000 litros cuando el flotador del tanque interceptor no permita más flujo de agua.

Se deben instalar los grifos de ½” a los tanques de almacenamiento por donde se obtendrá el agua para regar nuestras hortalizas.

Llenado del tanque.

  • Dejar llenar inicialmente el tanque interceptor para que el agua de las primeras lluvias limpie el techo, canaleta y tubos.
  • Cerrar el grifo del tanque interceptor.
  • Cuando el tanque interceptor se llene, rebosará el agua por el codo y pasará al tanque de almacenamiento.

Se recomienda realizar reparaciones o reemplazar las canaletas, grifos, accesorios, cuando se presenten fugas. De igual manera verificar el estado de los techos y cubiertas que son utilizados para la recolección del agua de lluvia.

Es necesario realizar la limpieza de las paredes internas de los tanques para evitar el crecimiento de material vegetal, algas, hongos y la proliferación de contaminación bacteriana del agua en reposo.

En Internet encontrarás muchos ejemplos ingeniosos en los cuales podrás inspirarte, de toda clase de sistemas de captación pluvial, desde el más sencillo al más tecnificado. Este es uno de ellos:

Técnicas de Riego

El tamaño de la huerta, el coste de los sistemas y el tiempo que se quiera dedicar al cuidado de las plantas determinarán la elección del sistema de riego a emplear. Si se riega a mano, se pueden corregir carencias de agua más fácilmente asegurándose de que ningún rincón quede sin regar. Pero si se opta por un sistema mecánico, hay que elegir meticulosamente la mejor ubicación de los aspersores, difusores y goteos para asegurar una cobertura perfecta a todas las plantas.

Existen diferentes métodos de riego:

  • Riego manual, con regadera o manguera.
  • Riego de superficie, que cubre toda la superficie cultivada o casi toda (riego por inundación o a manta).
  • Riego por aspersión, que imita a la lluvia.
  • Riego por goteo, que aplica el agua gota a gota, solamente sobre el suelo que afecta a la zona radicular.
  • Riego subterráneo de la zona radicular, mediante contenedores porosos o tubos instalados en el suelo.

El riego de superficie y por aspersión, se consideran riego convencional. El riego de superficie no requiere operar ni mantener equipos hidráulicos complejos por lo cual es la técnica más comúnmente empleada por los pequeños agricultores.

El riego por goteo y el subterráneo son dos tipos de riego localizado, cada vez más popular por su máxima eficacia, ya que aplica el agua solamente donde es necesaria, siendo las pérdidas pequeñas. Ambas tecnologías se basan en la aplicación frecuente de pequeñas cantidades de agua directamente a las raíces de los cultivos.

Riego con regadera.

El riego manual con regadera es el sistema óptimo para un huerto muy pequeño o con pocos recipientes (3 o 4 macetas). Se recomienda realizar el riego poco a poco para evitar la formación de grietas en el sustrato. Este es un problema habitual cuando se aplica el agua demasiado deprisa, provocando que el agua se escurra por las grietas saliendo por debajo antes de llegar a empapar de forma adecuada el sustrato.

El riego manual garantiza entregar agua directamente a las plantas y evita despilfarros. En cualquier caso, hay que asegurarse de que se riega profundamente. Para esto hay que tomarse el tiempo necesario, prestar un interés especial por la zona que se riega y conocer algunas pequeñas técnicas, como las que siguen:

  • Regar por abajo, o colocar la maceta sobre un plato de agua durante un corto espacio de tiempo -una hora como máximo- esperando a que las raíces absorban el líquido. Si al cabo de este tiempo queda agua en el plato, deberá retirarse: significa que la planta no tiene más sed. La ventaja de esta fórmula, sólo válida para macetas, es que se logra no compactar el substrato. La desventaja, que a la larga se acumulan sales minerales en su tercio superior.
  • Imitar la lluvia. Según el tipo de substrato, la mejor forma de regar es echar el agua por encima lentamente (como si aliñáramos una ensalada). Y en previsión de que la parte inferior del substrato quede empapada mientras la superior aparente estar seca, hay que introducir un dedo en el sustrato para comprobar su humedad y decidir la cantidad de agua que todavía necesita. A menudo bastará con humedecer el tercio superior del substrato, ya que el agua ya bajará hasta la parte inferior. En estas operaciones el agua no sale por los orificios de abajo.

Si se utiliza una manguera, es importante no regar directamente, sino colocar en su extremo algún accesorio que pulverice el agua.

Riego por goteo

Una opción alternativa y más beneficiosa es el riego por goteo. Básicamente consiste en tender unas mangueras perforadas a distancias regulares, que gotearán agua generando una zona húmeda localizada en torno a la planta, únicamente donde es necesaria.

Al reducirse la zona húmeda se reduce la cantidad de maleza y las pérdidas por infiltración profunda o escorrentía superficial. Además, si instalamos un programador de riego asociado, se pondrá en marcha el riego automáticamente sin necesidad de estar presentes.

El riego por goteo necesita un sistema que dé presión al agua para distribuirla por tuberías instaladas sobre el terreno, que están dotadas de emisores que vierten de 1 a 10 litros por hora. Aunque la tecnología es simple requiere cierta inversión y un mantenimiento cuidadoso, ya que los goteros pueden obstruirse fácilmente. Los resultados obtenidos señalan una reducción en el consumo de agua del 30 al 60 por ciento en comparación con la técnica convencional de riego de superficie.

En el caso de que tengamos un huerto relativamente grande y sobre todo si en la época de verano recibimos mucha insolación, es de gran ayuda la instalación de un sistema de riego por goteo con programador. Este sistema nos va a permitir controlar el caudal de riego y la frecuencia de una forma más exacta, aportando al sustrato el agua que necesita, sin malgastarla y sin provocar excesos de riego que suponen el lavado de nutrientes fundamentales.

Para instalarlo, conectamos a la salida del grifo el programador que abre y cierra el grifo en función de lo que nosotros le marquemos (normalmente tienen 2 variables: frecuencia de riego y duración de cada riego), a continuación del programador es necesario conectar un reductor de presión que disminuye la presión del agua de la red, haciéndola adecuada a la presión recomendada para los goteros. Por último, también se recomienda colocar un filtro que retenga la cal y otras impurezas del agua evitando la obstrucción de los goteros.

Riego de superficie (a manta, por inundación).

En el riego a manta el agua no se encuentra bajo presión y se aplica al suelo a través de surcos o inundando parcelas de terreno bajo. Lógicamente este sistema es el que más agua consume, aparte de que si el aporte es en exceso, puede provocar el arrastre de nutrientes del suelo, la proliferación de enfermedades o la compactación del suelo.

Riego por aspersión.

El riego por aspersión se asemeja más al modo en que las plantas reciben el agua de lluvia y emplea menor volumen de agua. El inconveniente principal de este riego es que al mojar periódicamente la parte aérea de las plantas se corre el riesgo de causar daños a la floración, fomentar la proliferación de hongos o provocar quemaduras foliares.

Otros sistemas.

En el caso de no disponer en nuestro balcón o terraza de una toma de agua, podemos optar por montar el riego a partir de un depósito, el cual será colocado en altura para permitir que el agua circule por gravedad. También existe la posibilidad de disponer de un depósito que recoja el agua de lluvia conectado a la bajante de aguas pluviales, aprovechando de esta forma esta agua que es de mejor calidad que la del grifo.

Por último, comentar la opción de las jardineras con autoriego, que disponen de un depósito de agua en la parte baja que mantiene húmedo el sustrato permanentemente. Este sistema puede dar buenos resultados sobre todo en las hortalizas menos exigentes con el agua.

Fuente: Eroski Consumer

El riego del huerto urbano. Introducción.

El riego es la clave para el éxito de nuestro huerto y será la tarea en la que probablemente invertiremos más tiempo.  La frecuencia, cantidad y horario de los aportes de agua dependerán del tipo de huerto, de las características del suelo, de la época del año y de la necesidad hídrica de cada hortaliza.

En el caso del cultivo en recipientes, la poca profundidad del sustrato disminuye su capacidad de almacenamiento de agua y la pérdida por evaporación es mayor, por lo que se requiere un control más estricto de la humedad del sustrato, aportando riegos frecuentes con una baja cantidad de agua cada vez, pero dejando intervalos sin aportes de agua que propicien la aireación de la tierra o el sustrato. Una capa de acolchado permitirá mantener la humedad y proteger el suelo del exceso de insolación.

Acolchado o mulching: Capa protectora con la que se cubre el suelo para mantener la humedad del suelo y evitar el crecimiento de malas hierbas. Se utilizan materiales orgánicos como paja o corteza de pino, e inorgánicos como gravas y gravillas. El espesor mínimo es de 5 cm.

Si se supera la cantidad máxima de agua que puede retener el sustrato, la que sobre saldrá por el orificio de drenaje, lo cual debemos evitar para que las plantas no pierdan elementos nutritivos.

En el trópico, en donde el sol y las temperaturas elevadas son nuestros fieles acompañantes durante prácticamente todo el año, regaremos por la mañana muy temprano o al anochecer, para minimizar las pérdidas de agua por evaporación y las quemaduras foliares. Con la práctica, aprenderemos a regar con la frecuencia y cantidad adecuadas para cada momento, de modo que el huerto mantenga un estado de humedad óptimo.

Es recomendable que una sola persona se responsabilice del riego para evitar que esta tarea se deje de hacer o por el contrario, se duplique.

Regando el huerto

Fuente: Pequeño Manual del Cultivo en Azoteas. Ecologistas en Acción, Palmas de Gran Canaria.

Más consejos(*):

  • Toca la tierra o introduce un lápiz para comprobar si está húmeda.
  • No riegues en exceso, es mejor quedarse un poco corto de riego y regar más veces que encharcar la planta.
  • Comprueba que la maceta drena bien. Evitarás pudriciones de raíces.
  • Ten en cuenta que las macetas de terracota (de barro) necesitan regarse más a menudo que las de plástico ya que evaporan más agua. Y que las macetas pequeñas, al tener menos tierra, retienen menos cantidad de agua por lo que necesitan riegos más seguidos que las grandes.
  • Nunca riegues en las horas centrales del día, ya que se pierde mucha agua por evaporación.
  • Si cuentas con suficiente espacio, divídelo por zonas de riego, de acuerdo a las diferentes necesidades de agua de las plantas y por sistemas de riego, para un mejor aprovechamiento del agua.
  • Hojas con los bordes amarillos, con las puntas de las hojas secas que se marchitan y se caen nos indican una falta de humedad.
  • Si por el contrario salen manchas mohosas en las hojas o en los tallos se debe a un exceso de humedad o a un mal drenaje de la maceta.
  • Cuando reguemos hay que intentar no mojar las plantas, lo que favorecería la proliferación de enfermedades, por eso evita regar con una manguera. El mejor sistema para regar es por goteo, que además de ahorrar agua, nos permite automatizarlo, facilitándonos de esta manera el trabajo.

Algunas hortalizas necesitan mayores aportes de agua que otras:

De poco riego: ajos, cebollas, tomillo, espliego, romero, orégano, manzanilla.

De riego regular: tomates, pimientos, acelgas, habas, guisantes, judías, zanahorias, nabos, remolachas, rábanos, pepinos, salvia, albahaca, caléndula.

De riego abundante: puerros, coles, apios, acelgas, alcachofas, calabacines.

*Lidl Jardín.