Cultivar sin suelo: el huerto hidropónico.

Por cultivo sin suelo o cultivo hidropónico se entiende

cualquier sistema que no emplea el suelo para su desarrollo, pudiéndose cultivar en una solución nutritiva, o sobre cualquier sustrato con adición de solución nutriente.

Desde un punto de vista práctico, los cultivos sin suelo pueden clasificarse en:

  1. cultivos hidropónicos (cultivo en agua más nutrientes o sobre materiales inertes) y
  2. cultivos en sustrato (cultivo sobre materiales químicamente activos, con capacidad de intercambiar iones).

Aunque ya en el siglo XVII se estudiaban los sistemas de cultivo sin suelo, los cultivos hidropónicos tal y como los conocemos en la actualidad fueron impulsados en 1930 por el investigador norteamericano W. F. Gericke, quien acuñó el término “hidropónico”.

El  desarrollo de diferentes mecanismos de conducción y programación de riego, de nuevos sustratos inertes, y de novedosos sistemas de cultivo sin suelo en países como Japón y España, han incrementado significativamente el número de hectáreas destinadas al cultivo de hortalizas sin suelo.

Los sistemas de cultivo hidropónico se dividen en dos grupos, los cerrados y los abiertos. Los sistemas cerrados (los más utilizados, afortunadamente) son aquellos en los que la solución nutritiva es continuamente reutilizada.  Los sistemas abiertos  son aquellos en los que la solución nutriente y los sobrantes son desechados a través de los drenajes.

Ventajas del cultivo sin suelo:

  1. Se obtiene una óptima relación aire/agua en el sistema radicular de la planta, favoreciendo el desarrollo del cultivo.
  2. La nutrición está mucho más controlada que en los sistemas de cultivo tradicionales. Se emplea una solución nutritiva directamente o aplicada a un sustrato inerte o con baja capacidad de intercambio iónico.
  3. En sistemas cerrados, en los cuales el drenaje es reutilizado, se puede conseguir un ahorro importante de agua y fertilizantes y al mismo tiempo se evita la contaminación de suelos y acuíferos.
  4. Se pueden utilizar sustratos provenientes de residuos (paja de cereales, fibra de coco, ladrillo triturado, fibra de madera, residuo de corcho, etc.).
  5. El uso de sustratos inertes ayuda a la erradicación de enfermedades típicas del suelo, siendo una buena alternativa al empleo de desinfectantes.
  6. Buena uniformidad que facilita ciertas tareas, como las podas. Se mejoran las condiciones de trabajo, al eliminar la necesidad de realizar trabajos de preparación del suelo, incorporación de abonados y eliminación de malas hierbas. La posibilidad de montar el sistema en altura facilita la recolección.
  7. Mayor potencial productivo, cosechas anticipadas, mejor calidad de cultivo.

Inconvenientes del cultivo sin suelo.

  1. Al trabajar a solución perdida (sistemas abiertos), se contamina el ambiente al evacuar los drenajes al suelo o a una fosa.
  2. El vertido de sustratos y plásticos de forma incontrolada es contaminante.
  3. Pueden aparecer enfermedades de raíz por ausencia de mecanismos de defensa en los sustratos.
  4. El sistema requiere de mayor precisión en el manejo del riego y la nutrición.
  5. Los cultivos están más expuestos a los posibles cambios de temperatura ambiental.
  6. Mayor coste de instalación (elementos de riego, adquisición de contenedores, sustratos).
  7. La técnica requiere asesoramiento

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Lechugas cultivadas utilizando la técnica de raíz flotante, en la cual, las raíces permanecen sumergidas en la solución nutritiva

Lechugas cultivadas utilizando la técnica de raíz flotante, en la cual, las raíces permanecen sumergidas en la solución nutritiva.

Si deseas conocer más acerca del cultivo sin suelo te recomiendo los siguientes enlaces:

  • La huerta hidropónica popular, editado por la FAO, escrito en lenguaje sencillo y con muchas fotos y diagramas explicativos.
  • Cultivo sin suelo de hortalizas, editado por la Generalitat Valenciana, un manual más técnico, muy completo, con experiencias reales llevadas a cabo en la Comunidad Valenciana de España.