La Agricultura Urbana en Colombia.

El desarrollo de la agricultura urbana en Colombia se encuentra íntimamente relacionado al fenómeno de la migración o desplazamiento forzoso de millones de personas, la gran mayoría campesinos, desde las zonas rurales a las principales ciudades, especialmente hacia Bogotá,  motivado por la violencia política, provocando la aparición de barrios de invasión y el crecimiento de la pobreza en las periferias de las ciudades. El desplazamiento ha afectado a regiones enteras del país, especialmente los departamentos de Antioquia, Bolívar, Córdoba, Cesar y Caquetá.

El conflicto que se extendió en Colombia entre los años 1946 a 1960 determinó en gran medida el cambio en la relación población rural-población urbana, convirtiendo a Colombia en un país de municipios y ciudades. En 1938 solamente el 30% de la población colombiana residía en las áreas urbanas siendo actualmente cercano al 80% con todas las consecuencias que se derivan de una ocupación desordenada y masiva de las ciudades, en cuanto a la prestación de servicios públicos y satisfacción de las necesidades básicas, entre ellas, la alimentación.

A fin de paliar estas carencias, en las décadas recientes diversas entidades gubernamentales y no gubernamentales, han realizado un importante esfuerzo con el fin de estimular la agricultura urbana en Colombia y cubrir las deficiencias nutricionales de miles de familias campesinas en la ciudad y en general de la población de escasos recursos. Los gobiernos locales de ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Popayán, Manizales, han venido impulsando la Agricultura Urbana como línea de acción en sus esfuerzos por mitigar el hambre en algunos barrios de estratos bajos y promover la seguridad alimentaria.

El Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis.

La agricultura urbana en la ciudad de Bogotá se “institucionalizó” a partir del año 2004 en el marco del Programa «Bogotá Sin Hambre» implementado por el Alcalde Mayor de Bogotá Luis Eduardo Garzón (2004-2008) el cual se propuso el objetivo de «reducir la vulnerabilidad alimentaria y nutricional de la población en Bogotá, especialmente de los más pobres». Con este programa se generaron estrategias para el reconocimiento oficial y la solución de la problemática del hambre, la desnutrición y la malnutrición que la ciudad de Bogotá padecía gravemente en el momento de su implementación. La estrategia promovió el compromiso de diferentes actores sociales con las políticas y programas de la seguridad alimentaria, en el diseño y la ejecución de acciones conjuntas, mediante la articulación de los sectores público y privado. En el proceso participaron inicialmente Universidades, Organizaciones no Gubernamentales, Cajas de Compensación, Gremios, Empresas privadas, Sindicatos, Voluntarios e Iglesias, coordinados todos por diferentes entidades adscritas a la administración distrital.

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Uno de los aspectos resaltantes del programa fue el impulso dado a la agricultura urbana a nivel doméstico y comunitario. El ente regulador y ejecutor de este proceso a nivel público ha sido el Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis (JBB) el cual lidera un proyecto de agricultura urbana que ya ha capacitado a más de 53.000 personas, en 19 localidades de la capital. Además de concentrarse en la población vulnerable, los talleres, en los que se facilitan algunos materiales básicos para construir una huerta casera (plántulas, sustrato, y plantillas para la conservación), han llegado ya a todos los estratos.

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Hoy en día, en Bogotá se calcula que hay unos 10.000 agricultores urbanos, sin tener en cuenta los programas universitarios que adelantan, por su lado, iniciativas similares. Pero no se trata de nada nuevo. Antes de la intervención del Jardín, las personas ya cultivaban en sus casas.

Los campesinos y la población desplazada que se asentaba en las periferias y en los cinturones de pobreza y concreto que rodean Bogotá venían a la ciudad con una tradición agrícola arraigada, que persistía incluso en el destierro. Sin embargo, se trataba sólo de un ejercicio nostálgico que necesitaba de un método que regulara los tiempos y las cosechas para que el objetivo diera unos resultados reales.

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En el Jardín se capacita a las personas para que en poco espacio, mediante un diseño sencillo, puedan tener de manera más adecuada su huerta en casa. Se les enseña el montaje de semilleros, la propagación de las plantas, cómo elaborar abonos orgánicos y cómo manejar residuos. Además, les ofrecen talleres complementarios en los que se profundiza en los múltiples usos de las plantas medicinales y los abonos orgánicos caseros.

 

Grupo Interinstitucional Colombiano de Apoyo a la Agricultura Urbana y Periurbana (GIAUP).

Con el objetivo de concertar y desarrollar estrategias para la búsqueda, consolidación y ejecución de alianzas para promover y fortalecer la implementación de la Agricultura Urbana y Periurbana en Colombia, se ha conformado y establecido el Grupo Interinstitucional Colombiano de Apoyo a la Agricultura Urbana y Periurbana (GIAUP). El grupo, fundado en 2010 y que se posiciona como un referente de consulta y asesoría a nivel técnico, investigativo y social de calidad, credibilidad y confiabilidad, con experiencia y conocimiento en tecnologías, metodologías y métodos en Agricultura Urbana y Periurbana, busca contribuir al mejoramiento de la seguridad alimentaria, la calidad del medio ambiente urbano y la adaptación urbana frente al cambio global.

Las instituciones que actualmente conforman el grupo son la Universidad del Rosario, la Universidad de Los Andes, la Corporación Universitaria Minuto de Dios, el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), Corpoica, el Jardín Botánico de Bogotá, Asociación Agroambientalistas e IPES-Promoción del Desarrollo Sostenible. Este grupo es coordinado por Corpoica.

 

Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La representación de la FAO en Colombia mantiene un diálogo directo y continuo con el Estado colombiano. Su función desde los inicios ha sido establecer procesos de cooperación técnica con el Gobierno en áreas determinadas como estrategicas para el mejoramiento de la agricultura y la alimentación.

Para el logro de este objetivo, la FAO trabaja de manera articulada con el gobierno nacional y en alianza con la cooperación internacional, las agencias del Sistema de Naciones Unidas y el sector privado, siguiendo la línea trazada por las áreas prioritarias definidas en el Marco Programático de País (MPP) 2015 – 2019.

Específicamente en las áreas relacionadas con Agricultura Urbana, los siguientes son algunos de los proyectos que se encuentran en proceso de implementación:

  1. Food for the cities”: iniciativa multidisciplinaria de fortalecimiento de los vínculos urbanos-rurales para lograr una exitosa agricultura a pequeña escala (Antioquia).
  2. Abriendo mercados para la agricultura familiar en Colombia” (Antioquia y Nariño). Su objetivo es estimular la agricultura familiar con el establecimiento de modelos agroalimentarios para el autoconsumo y generación de excedentes, articulados con los mercados institucionales para la promoción de políticas nacionales de agricultura familiar y los mercados locales  con el apoyo de los Gobiernos Departamentales y Municipales.

 

Programa “Patios Productivos” de la Fundación Granitos de Paz.

El programa Patios Productivos, nació como una iniciativa de seguridad alimentaria para comunidades vulnerables. Los Patios Productivos son pequeños terrenos dedicados al cultivo de las hortalizas para el consumo diario de la familia, abasteciendo de alimentos sanos, frescos y nutritivos, en donde se emplea la mano de obra de la familia, aportándoles beneficios económicos y nutritivos. Esta actividad contribuye a disminuir la desnutrición, mejorar el medio ambiente y comercializar productos orgánicos a través del aprovechamiento de los patios de los hogares.

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Los productos orgánicos cosechados tienen una elevada demanda en hoteles y restaurantes de la ciudad convirtiéndose esta actividad en generadora de ingresos adicionales para las familias. La conversión de los patios descuidados a huertas organizadas ha proporcionado un beneficio adicional para el medio ambiente. El éxito obtenido con este programa ha permitido replicarlo para terceros en la ciudad en diferentes modalidades de siembra tales como eras, jardines verticales y techos verdes, ofreciendo diseño, instalación y mantenimiento. La Fundación ha construido alrededor de 600 patios productivos en Cartagena.

 

Programa MANÁ (Programa de Mejoramiento Alimentario y Nutricional Departamento de Antioquia).

El Programa MANÁ tiene como objetivo lograr la seguridad alimentaria y nutricional de los antioqueños, principalmente de los niños, a través de diversos proyectos, uno de ellos, la creación de huertas familiares. Para ello, la Gobernación de Antioquia en conjunto con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) diseñó un Manual de autoinstrucción en producción de hortalizas a nivel familiar llamado “Una huerta para todos”. Está dirigido a pequeños agricultores, maestros de escuelas rurales, niños y pobladores urbanos y sub-urbanos que puedan acceder a pequeñas superficies de terreno. Puedes consultarlo haciendo clic AQUÍ.

 

Jardín Botánico de Medellín.

jardín botánico de medellín_2El Jardín Botánico de Medellín, como museo vivo en el cual tienen lugar el aprendizaje y el bienestar de la comunidad, ha querido recuperar la tradición de siembra, adaptando diferentes técnicas a espacios urbanos y periféricos que contribuyan a la Seguridad Alimentaria de la población. Es así como surge el programa de Agricultura Urbana adscrito al Área de Educación, con el fin de fortalecer la construcción de relaciones respetuosas y sostenibles con la naturaleza a través de sistemas productivos que constituyan una alternativa alimenticia saludable y que actúen como espacios pedagógicos y de sensibilización ambiental. En ellos, los participantes desarrollan competencias para la optimización de espacios reducidos, la utilización y reciclaje de residuos sólidos, la producción y manejo de hortalizas, aromáticas, medicinales y ornamentales, y el cuidado de los recursos naturales.

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El Jardín Botánico de Medellín ha diseñado junto con el Club Rotario de Medellín, un hermoso manual sobre Agricultura Urbana, el cual te invitamos a leer haciendo clic AQUÍ.

 

Legislación.

En Colombia no existe una ley que reglamente y defienda los proyectos de Agricultura Urbana; sin embargo, actualmente se encuentra en discusión el Proyecto de Ley 103 de 2012, por el cual se promueve la Agricultura Urbana como una estrategia complementaria a la agricultura rural, a través de diferentes modelos urbanos productivos que contribuyen al mejoramiento de la seguridad alimentaria y nutricional, la calidad de vida y salud de la población. Por medio de este proyecto se busca articular a nivel nacional y territorial programas de fomento y desarrollo de Agricultura Urbana en las comunidades. Esta Ley pretende brindarle a las entidades territoriales, específicamente a los municipios y distritos, un marco institucional y legal que promueva y regule la práctica de la agricultura urbana dentro de las estrategias necesarias para afrontar el hambre, la pobreza, el deterioro social, económico y ambiental en las áreas urbanas del país.

También se lograron los siguientes Acuerdos con relación a la Agricultura Urbana específicamente para su implementación en la ciudad de Bogotá:

 Acuerdo 489, Artículo 15, Año 2012 por el cual se adopta el Plan de Desarrollo Económico, Social, Ambiental y de Obras Públicas para Bogotá D.C. 2012-2016 Bogotá Humana: “Fortalecer las redes de agricultores urbanos y las Unidades Integrales Comunitarias de Agricultura Urbana y Periurbana, liderado por la Secretaría de Desarrollo Económico; articulado con las Secretarías de Educación Distrital y de Ambiente y el Jardín Botánico de Bogotá”.

Acuerdo 605, Año 2015 por el cual “se formulan los lineamientos para institucionalizar el programa de Agricultura Urbana y Periurbana agroecológica en la ciudad de Bogotá”.

Si deseas conocer algunos ejemplos de cómo se llevaron a cabo proyectos de Agricultura Urbana en Bogotá, te invito a que ingreses a estos enlaces:

a) Instituto Goethe, haz clic AQUÍ.

b) Corporación Universitaria Minuto de Dios, haz clic AQUÍ.

Referencias:

Garden Mosaics: conectando a los jóvenes con los mayores a través de las huertas comunitarias.

El programa educativo “Garden Mosaics” tiene como objetivo conectar a las personas mayores con los jóvenes a través de la ciencia, la cultura y el medio ambiente utilizando como marco las huertas comunitarias. Surgido inicialmente en los Estados Unidos ya ha sido implementado con éxito en otros países y ha sido reconocido como una de las mejores formas de conectar a la juventud con la naturaleza.  Las actividades tienen lugar en huertos comunitarios, vecindarios y huertas de casas y escuelas. Los jóvenes aprenden de los dueños de huertas quienes comparten sus conocimientos, experiencias y sabiduría. También cuentan con las herramientas y actividades educativas desarrolladas por la Universidad de Cornell y financiadas por la Fundación Nacional de Ciencia y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.

Este programa está dirigido a cualquier persona interesada en horticultura, tradiciones culturales o que desee mejorar su comunidad, incluyendo a jóvenes, jardineros, horticultores, educadores, voluntarios y público en general. El idioma original es el inglés pero algunos de los recursos se encuentran disponibles en español.

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El nombre de “Garden Mosaics” hace alusión a los dos mosaicos que se encuentran en las huertas comunitarias. Por una parte, los horticultores, los cuales representan un mosaico de culturas alrededor del mundo. Y por otra, los mosaicos de plantas que esos horticultores crean. A través de la ciencia se realizan preguntas, se observa, se entrevista, se recogen datos y se utiliza Internet para aprender. Las personas de mayor edad, los horticultores, comparten sus conocimientos con los jóvenes y éstos ayudan a los mayores. Se aprende acerca de las conexiones entre las plantas, los métodos agrícolas y las culturas de todas partes del mundo. Y todo esto con el objetivo último de mejorar las huertas y el vecindario.

Garden Mosaics puede ser llevado a cabo como un programa de horticultura para jóvenes o como una actividad individual. Los participantes pueden reportar sus hallazgos sobre plantas, prácticas agrícolas, personas y culturas de sus comunidades y de otras huertas en las bases de datos vía online, ayudando a crear una página web la cual es utilizada con fines educativos y de investigación.

La historia del horticultor. Los participantes desarrollan una historia y toman fotografías que ilustran las prácticas agrícolas del horticultor y las conexiones entre dichas prácticas y la cultura del horticultor. Éste puede trabajar en una huerta comunitaria, una vivienda o  una escuela. Estas historias proporcionan un recurso educativo importante.

El inventario de la huerta comunitaria. Los participantes realizan una visita a la huerta comunitaria con un horticultor experimentado. Preguntan y hacen sus propias observaciones sobre las plantas, estructuras y actividades de la huerta. A través de un inventario catalogan una o varias huertas en sus ciudades.

Exploración del vecindario. Los participantes utilizan fotografías aéreas, mapas y caminan para explorar su vecindario. Aprenden dónde se pueden encontrar alimentos frescos y lugares para conversar con los amigos, disfrutando de la naturaleza y de eventos culturales y educativos. Finalmente construyen un collage utilizando fotos y mapas y comparten sus resultados online.

Observación de maleza. Los participantes realizan una búsqueda de malezas en huertas familiares, comunitarias y escolares y catalogan los métodos que los horticultores utilizan para controlarlas.

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Las Páginas de Ciencia permiten aprender de forma independiente o ser utilizadas con propósitos de enseñanza, reforzando aspectos importantes en el salón de clases o en programas de educación ambiental. Estos materiales pueden ser descargados e impresos.

Los jóvenes también pueden llevar a cabo un Proyecto de Acción para ayudar a los huertos y su comunidad en las siguientes áreas: Arte en el Huerto, Sistemas de Alimentación, Diseño del Huerto, Mejora del Huerto, Investigación en el Huerto, Uso de la tierra o Nutrición y Salud.

Garden Mosaics incluye varias actividades que pueden ser llevadas a cabo de forma independiente o ser incorporadas en los programas de largo plazo: Romper el Hielo, para ayudar a los jóvenes a conocerse entre sí; Manos a la Huerta que le brinda la oportunidad a los jóvenes de “ensuciar sus manos”; Actividades de Consulta, las cuales ayudan a aprender acerca de las plantas y los ecosistemas, y las Actividades de Evaluación que permiten descubrir, de forma amena, lo que han aprendido.

Garden Mosaics NO es un programa sobre cómo cultivar. Sus actividades son mejor aprovechadas por aquellos que tienen algún interés y experiencia con horticultura o son parte de un programa de huertos comunitarios, por ejemplo. Sin embargo, el programa ofrece recursos sobre educación agrícola para aquellos que, aunque tienen deseos de participar, no poseen conocimientos de horticultura.

Si deseas descargar el Manual (en inglés): haz clic AQUÍ.

Si deseas conocer un ejemplo de cómo Garden Mosaics ha sido implementado (en inglés), haz clic AQUÍ

Si deseas descargar información de las Páginas de Ciencia (en español): haz clic AQUÍ

Cómo organizar una huerta comunitaria.

Las huertas comunitarias de verduras se han convertido en una alternativa popular para complementar la alimentación de los habitantes de muchas ciudades, ofreciendo a personas que viven en apartamentos, familias de bajos ingresos y jubilados, una oportunidad para mejorar su salud y actitud cultivando productos frescos, a la vez que se relacionan con sus vecinos. Las huertas comunitarias de verduras también le enseñan a los niños en zonas urbanas que los alimentos no son productos que se originan en los supermercados, sino que son el resultado de cultivar y nutrir el suelo.

Tipos de huertas comunitarias de verduras.

Hay muchas clases de huertas comunitarias de verduras. Los tres tipos principales incluyen:

  • parcelas individuales o familiares;
  • huertas comunitarias que “sustentan” bancos de alimentos, albergues, misiones de iglesias, comunidades especiales o puestos de verduras que benefician a un grupo o causa:
  • proyectos escolares que se enfocan en la educación.

Las parcelas individuales o familiares usualmente cuentan con un sistema de pago para quienes cultivan sus propios alimentos. En las huertas apoyadas por la comunidad generalmente hay voluntarios involucrados.  Algunas huertas incluyen programas de Agricultura Apoyada por la Comunidad en las que individuos hacen un pago anual para recibir una cantidad específica de verduras y frutas de la asociación de huertas comunitarias.

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Todos participan en el Huerto Comunitario (Fuente: El Universal de México)

La formación de un comité de planificación. El primer paso para establecer una huerta comunitaria de verduras es organizar una reunión de personas interesadas para determinar si hay una necesidad o deseo de tener esta clase de huerta en la comunidad. Idealmente, el deseo debe nacer de la comunidad y no de un individuo. La comunidad puede estar compuesta de un complejo de viviendas de familias de bajos ingresos, un vecindario en las cercanías de un parque público, una escuela, un complejo para personas de edad avanzada u otra asociación comunitaria.

El primer objetivo del comité debe ser desarrollar un cuestionario para evaluar la comunidad y determinar el interés y nivel de compromiso, entre otros. Es importante que los miembros se involucren en todos los aspectos de la planificación y ejecución del proyecto. Los encargados de planificación de la ciudad o ayuntamiento pueden ayudar verificando que la huerta cumpla con todas las ordenanzas. Un abogado voluntario puede ayudar con los asuntos legales para lo cual también debe elegirse un nombre para la huerta.

El siguiente paso es determinar el tipo de huerta: ¿se le asignarán parcelas a individuos o familias para sembrar sus propias verduras o serán los voluntarios u otros trabajadores los que cultivarán las verduras para apoyar a la comunidad, bancos de alimentos o misiones que brindan ayuda? ¿Es la meta principal educar a los niños? ¿Se cultivarán solamente verduras y algunas frutas o se permitirá sembrar flores? Sembrar flores alrededor de toda la huerta como un proyecto comunitario a menudo ayuda a mejorar el aspecto de todo el vecindario.

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Diseñar una entrada atractiva, sembrar flores en la Huerta Comunitaria, son aspectos a tener en cuenta (Fuente: highlandheightsfarm.com)

En algún momento se deben nombrar comités para dirigir ciertas tareas, como seleccionar un lugar, recaudar fondos, buscar patrocinadores, tratar los asuntos legales, organizar la publicidad, obtener un seguro y establecer normas y otros reglamentos. Es necesario desarrollar una estructura para determinar quién se ocupará del mantenimiento del sistema de riego y si incluirá grifos o llaves de agua individuales, sistema de riego por goteo o en surcos.

Seleccionar un coordinador general. Se debe encontrar a alguien que tenga el tiempo, la paciencia, aptitudes de liderazgo, creatividad y fortaleza para resolver los numerosos problemas que conlleva llevar a la práctica el proyecto. El coordinador debería tener alguna experiencia en horticultura y contar, si es posible, con un medio de transporte. Siempre es buena idea tener coordinadores suplentes.

Seleccionar el lugar. Se deben considerar varias alternativas y empezar a buscar un lugar por lo menos de seis a ocho meses antes de sembrar. Las parcelas disponibles pueden incluir: propiedades al aire libre, terrenos del gobierno, lotes desocupados, lotes de iglesias o escuelas, parques de la ciudad, terrenos agrícolas no usados, terrenos en zonas industriales, terrenos en complejos de apartamentos, etc.

Se deben identificar los propietarios de terrenos privados y ponerse en contacto con ellos para determinar la disponibilidad del terreno para su arrendamiento y si existe alguna restricción legal para utilizarlo en agricultura. El dueño del terreno debe tener título de propiedad y no estar hipotecado. La duración del contrato debe ser por lo menos de tres a cuatro años.

Se deben elegir terrenos alejados de zonas industriales que pudieran estar contaminados o en cuyo suelo se hayan vertido productos químicos peligrosos. El sitio ideal debe ser plano, fértil y con suelo bien drenado. No elija lotes rodeados por árboles grandes cuyas raíces y sombra obstaculizarán el crecimiento de los cultivos. Árboles situados en la esquina suroeste del proyecto pueden ser usados como barreras contra el viento.

El terreno debe tener al menos ocho horas de luz solar. Puede ser necesario poner una cerca con candado para impedir el paso de animales, autos y vándalos. Asegúrese de que el terreno tenga acceso a agua de buena calidad sin restricciones en épocas de sequía y los derechos de agua apropiados. Los lotes con pozos independientes pueden ser los más apropiados. Es importante utilizar técnicas sustentables para conservar agua tales como el uso de cubiertas de mantillo (mulching) e irrigación por goteo. Se debe realizar un estudio de la calidad del agua.

En algunos países los propietarios del terreno pueden exigir que los horticultores comunitarios obtengan un seguro para cubrir problemas de responsabilidad. Preferiblemente, el terreno debe tener suficiente espacio para que los participantes y voluntarios puedan estacionar sus vehículos. El sitio debe disponer de un lugar destinado al compostaje, un cobertizo para guardar las herramientas y bancos y mesas para descansar.

Hallar patrocinadores y financiamiento. Aunque algunas huertas comunitarias pueden sostenerse económicamente por las cuotas aportadas por sus miembros, otras requerirán de un patrocinador, una organización o persona que apoyen la huerta a través de donaciones (semillas, plantas, cubiertas de mantillo, abono, herramientas, suministros, etc.).

Estructura organizativa de la huerta. Algunas huertas son informales, mientras que las huertas grandes, más complicadas, requieren un programa más estructurado para que el grupo funcione eficientemente. La estructura debe mantenerse tan simple como se pueda y basarse en la confianza mutua.

La mayoría de huertas comunitarias sencillas se pueden administrar con una lista de directrices y normas. Cuando se constituye la huerta se deben establecer reglas formales para regir los asuntos internos de la organización. Las normas protegen las metas, los objetivos y la filosofía de la organización la cual debe tener nombre y dirección legal. Se determinan las categorías de membresía, las cuotas requeridas y cuándo se deben pagar. Se establece cuándo se llevarán a cabo las reuniones regulares y las extraordinarias. Se describen los cargos, sus obligaciones, las cláusulas de responsabilidad. También cómo se resolverán los conflictos.

El siguiente es un ejemplo de una lista de directrices y reglas comunes:

  • Las parcelas y senderos se mantendrán libres de maleza.
  • Mantenga las verjas cerradas con candado a toda hora.
  • No desatienda el sistema de riego.
  • No trabaje solo en la huerta; hágalo siempre con un compañero.
  • Las parcelas y senderos se mantendrán sin basura.
  • No se permitirá que las plantas de enredadera se esparzan a los senderos o parcelas vecinas.
  • No se usarán pesticidas o fertilizantes.
  • Tire la maleza y otros desechos de plantas en el sitio de compostaje.
  • Supervise a los niños pequeños.
  • Limpie las herramientas y colóquelas en el cobertizo de almacenaje.

El formulario de solicitud debe incluir el nombre del participante, domicilio, números telefónicos de contacto, etc. Las cuotas deben cubrir los costos de irrigación y otros no subvencionados por patrocinadores.

Problemas de vandalismo. El vandalismo puede ser un problema grave para muchas huertas comunitarias. Las cercas delimitan el terreno manteniendo fuera a animales y motocicletas, pero no detendrán a los vándalos más decididos. Se debe colocar un aviso en el cual se mencione que la huerta pertenece al vecindario;  hacer que los niños se involucren ayudará a que sientan que el proyecto también les pertenece. Recoja todos los frutos maduros para no brindar una invitación al robo. El coordinador debe visitar el proyecto al menos una o dos veces al día para fijarse si hay problemas de vandalismo o de irrigación en las parcelas.

Problemas con los vecinos. Si la huerta está muy descuidada, empezarán a llegar las quejas de los vecinos. Se debe controlar la maleza. Las flores que rodean la huerta mejorarán el aspecto de la vecindad y del ambiente en general. Compartir verduras y frutas con los vecinos fomenta también las relaciones públicas.

Diseño y preparación de la huerta. El primer paso es limpiar el lugar y diseñar la huerta. Decida el tamaño de cada parcela y el largo y ancho de los senderos entre parcelas. Determine dónde irán los cobertizos para herramientas, la zona para desechos, las áreas de descanso y los baños portátiles (recomendados). El diseño del riego debe incluir si habrá grifos o llaves de agua en cada parcela, un sistema de riego por goteo o aspersores para toda la huerta o un sistema de irrigación de surcos con la pendiente apropiada desde la zanja principal de riego.

Las parcelas nuevas probablemente se deberán arar el primer año con un tractor para romper la capa dura y mejorar el drenaje. La aplicación de compost ayudará a mejorar el suelo cultivable. Después de nivelar el suelo, se debe instalar el sistema apropiado de riego y demarcar las parcelas y los senderos con estacas. Se pueden usar “camas” (cajas de cultivo) elevadas en algunos terrenos donde la calidad del suelo es pobre. Se pueden usar tablas o ladrillos para demarcarlas y pueden rellenarse con tierra mezclada con compost. Cubrir con mantillo (mulching) los senderos ayudará a controlar las malezas y prevenir los problemas de lodo. Para guardar las herramientas se puede usar un cobertizo que se pueda cerrar con llave. Las áreas de descanso con sombra servirán como resguardo del sol. Se recomienda instalar baños portátiles y es primordial tener un botiquín de primeros auxilios.

Las parcelas deben cubrirse con mantillo para conservar agua y reducir problemas de maleza. En sistemas de riego de surcos se debe establecer un horario de riego. En sistemas de irrigación por goteo se debe colocar un controlador que permita abrir y cerrar el agua de forma automática y evitar así el desperdicio de agua o que se inunde la huerta.

Es mejor manejar las huertas como si fuesen huertas orgánicas o libres de pesticidas para prevenir problemas de responsabilidad entre los participantes. Se deberían utilizar técnicas de horticultura a fin de economizar espacio y no crear sombra o competir con otras parcelas del proyecto. Los cultivos de enredadera necesitan estacas o espalderas.

La huerta debe tener un tablero para anuncios, protegido de la lluvia, donde se puedan colocar mensajes y jornadas de trabajo o eventos educativos. Se puede invitar y atraer a participantes o voluntarios por medio de avisos, afiches, anuncios y artículos en el periódico local. Es importante establecer buenas relaciones entre la huerta comunitaria y los negocios locales. Se pueden donar verduras y frutas que sobren a los bancos de alimentos locales, misiones que brindan ayuda y otras entidades caritativas.

 

Tomado de “Cómo empezar una huerta comunitaria de verduras” escrito por George Dickerson, especialista en Horticultura, y revisado por Ron Walser, especialista en pequeñas granjas urbanas, publicado por el Servicio de Extensión Cooperativa de la Facultad de Agricultura y Economía Doméstica de la New Mexico State University.