Oda al frijol

No deja de asombrarme la forma en la que el idioma español ha evolucionado en nuestros países latinoamericanos, demostrando que es una de las lenguas vivas que más personas hablan actualmente en el mundo. Y uno de los ejemplos más representativos de esto es el enorme repertorio de nombres diferentes por los que se conoce en Hispanoamérica al humilde pero súper poderoso frijol.

  • En México, Centroamérica y el Caribe se conoce como: “frijol”. La variedad preferida es la de color negro, excepto en Honduras, El Salvador y Nicaragua en donde consumen en mayor cantidad la de color rojo.
  • En México también se le dice “alubia” a la variedad blanca y “frijoles bayos” a la variedad de color café.
  • En Honduras y Nicaragua se les conoce también como “balas” y “balines”.
  • En Panamá llaman “porotos” a los granos grandes de color negro o rojo y “frijoles” al resto de las variedades.
  • En la mayor parte del Caribe, los frijoles se llaman “habichuelas” (no confundir con la especie Vicia faba).
  • En Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay se llaman “porotos” (este término proviene de su nombre en quechua, “purutu”). En guaraní (Paraguay) su nombre es “kumandá”.
  • En Colombia se conoce como “fríjol” (con acento en la “i”) y en algunas partes como “frisol”  los granos rojos o negros.
  • En Ecuador las semillas de la planta se llaman “fréjoles” o “frijoles”.

fríjoles

En Venezuela, mi país, las llamamos “caraotas” (es una palabra heredada de nuestro pueblo indígena de los cumanagotos). Es curioso, porque cuando decimos “caraotas” sabemos que nos referimos a las negras. Si queremos hablar de otras variedades no nos complicamos y decimos simplemente “caraotas blancas”, si son blancas o “caraotas rojas”, si son de ese color.

Origen.

De formas y colores diferentes, la especie Phaseolus vulgaris, es la más conocida del género Phaseolus, de la familia Fabaceae.  La distribución actual de las formas silvestres del frijol comprende un área geográfica que va desde el norte de México al noroeste de Argentina y en general se reconocen dos grupos genéticos ecogeográficos: el de Mesoamérica y el de los Andes.

Hasta ahora la hipótesis de más crédito en relación con el origen del frijol común indicaba que, a partir de un área en las laderas occidentales de Los Andes en el norte de Perú y Ecuador, la legumbre se dispersó hacia el norte, a Colombia, América Central y México, y hacia el sur, al resto de Perú, Bolivia y Argentina,

Sin embargo, el análisis de un equipo internacional de investigadores (Italia, Dinamarca y Estados Unidos) que llevó a cabo un importante estudio en 2012, llegó a la conclusión que respalda el origen del frijol en Mesoamérica, muy probablemente en México. Los autores sugieren que el P. vulgaris que parece originario de Perú y Ecuador es «una población reliquia que solamente representa una fracción de la diversidad genética en la población ancestral que migró desde el centro de México en tiempos antiguos».

Los primeros exploradores y comerciantes que llegaron a América se encargaron de llevar esta sabrosa y nutritiva legumbre a todo el mundo y a principios del siglo XVII su cultivo era ya muy popular en Europa, África y Asia.

Propiedades nutricionales.

  • Contiene una gran cantidad de carbohidratos, proteínas, vitaminas, minerales y fibra.
  • Tiene un contenido bajo de grasa y no tiene colesterol por tratarse de un alimento de origen vegetal.
  • Es fuente de tiamina, riboflavina, niacina y ácido fólico, vitaminas importantes para la producción de energía.
  • Ayuda a evitar enfermedades como la diabetes o la obesidad.
  • Ayuda a regular el sistema digestivo gracias a su alto contenido en fibra.

Cada 100 gramos aportan1:

  • Calorías: 322 Kcal.
  • Proteínas: 21,8 gramos.
  • Grasas: 2,5 gramos.
  • Carbohidratos: 55,4 gramos.
  • Tiamina: 0,63 mg.
  • Riboflavina: 0,17 mg.
  • Niacina: 1,8 mg.
  • Calcio: 183 mg.
  • Hierro: 4,7 mg.

(1) Propiedades del fríjol. Aquí encontrarás fotos de las principales variedades producidas en Colombia y Estados Unidos.

En este video podrás conocer un ejemplo de cómo nuestros pueblos han desarrollado una verdadera cultura agrícola alrededor del cultivo de esta leguminosa.

Y en este link aprenderás a cocinar frijoles a la manera tradicional mexicana. No te lo puedes perder.

La publicación de esta entrada celebra el Día Mundial de la Alimentación, 16 de octubre:

«Que todos los seres humanos tengan garantizada su seguridad alimentaria».

Agricultura Urbana y Periurbana

Me gustaría comenzar hablándoles un poco sobre el significado de los términos «Agricultura Urbana y Agricultura Periurbana» ya que nos vamos a topar con ellos muchas veces en la literatura relacionada con los huertos urbanos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, en inglés, Food and Agriculture Organization) fue quien “institucionalizó” por así decirlo, dichos términos en 1999, durante una reunión del Comité de Agricultura en la ciudad de Roma. En el documento (si deseas leerlo, haz click aquí) se definen la Agricultura Urbana y Periurbana (AUP) como

“las prácticas agrícolas, dentro de las ciudades y en torno a ellas, que compiten por unos recursos (tierra, agua, energía, mano de obra) que podrían destinarse también a otros fines para satisfacer las necesidades de la población urbana. Son sectores importantes de la AUP, entre otros, la horticultura, la ganadería, la producción de forraje y leche, la acuicultura y la silvicultura”.

Aunque pareciera que fueran lo mismo, existen diferencias importantes entre ambas. Cuando escuchemos la expresión “Agricultura Urbana” o “Huertos Urbanos” sabremos que se están refiriendo a

“la agricultura practicada en pequeñas superficies (solares vacíos, huertos, patios, terrazas, recipientes) situadas dentro de una ciudad y destinadas a la producción de cultivos y la cría de pequeños animales domésticos”,

como gallinas, y en algunos casos, aunque no lo creas, vaquitas lecheras, para el consumo propio o para la venta en los mercados cercanos.  Lo que no debemos olvidar es que la Agricultura Urbana es llevada a cabo exclusivamente por personas que viven y trabajan en las ciudades.

Por otra parte, si alguien habla de “Agricultura Periurbana” estará mencionando un término que describe

“unidades agrícolas cercanas a una ciudad  y que explotan intensivamente granjas comerciales para cultivar hortalizas y otros productos hortícolas, criar pollos y otros animales y producir leche y huevos”.

Así que, como podemos ver, el asunto tiene que ver, fundamentalmente con dos cosas: la ubicación espacial, y la finalidad ($) de estas prácticas agrícolas. Ambas se llevan a cabo próximas a grandes asentamientos humanos, lo cual, según la FAO, crea oportunidades (que deben ser aprovechadas) pero también riesgos (que deben ser controlados y vigilados). Hablaremos más de esto en próximas entradas.