La luz y el desarrollo de las plantas.

¿Por qué las manzanas no se dan en el trópico ni las piñas o mangos en las zonas templadas? Parece que todo tiene que ver con el número de horas de radiación solar de las que se dispone.   Esto es importante, porque al cultivar nuestras hortalizas debemos conocer cuáles son los requerimientos de luz de cada planta y así decidir cuál o cuáles son las más idóneas de acuerdo con la latitud en la que nos encontremos.

La luz juega un papel fundamental en el crecimiento y desarrollo de las plantas. Además de la fotosíntesis, hay importantes procesos que afectan al crecimiento y desarrollo vegetal que dependen de la luz, uno de ellos es el denominado fotoperíodo o fotoperiodismo, el efecto que las variaciones estacionales en la duración del día ejercen sobre la floración.

Las plantas que florecen solamente bajo ciertas condiciones de luminosidad dependientes de cuánto dura el día se denominan fotoperiódicas. El fotoperíodo es consecuencia de la absorción de luz por un pigmento que se encuentra en las plantas, el fitocromo, el cual absorbe fundamentalmente luz roja y roja lejana.

El fotoperiodismo es la respuesta biológica a un cambio en las proporciones de luz y oscuridad que tiene lugar en un ciclo diario de 24 horas (circadiano). La longitud del día es el principal factor de control de la floración. En este sentido podemos decir que hay plantas de día corto (PDC), plantas de día largo (PDL) y plantas de día neutro (PDN). Una PDC es una planta que responde a una longitud del día menor que un valor crítico, mientras que una PDL es una planta que responde a una longitud del día superior a un valor crítico. El tiempo absoluto de iluminación no es lo importante. Algunos investigadores han propuesto un cuarto grupo de plantas, las plantas de día intermedio (PDI). Estas plantas, sólo florecen si se exponen a períodos de luz de longitud intermedia. Si el período es mayor o menor que ese rango intermedio, la planta no florece. Por ejemplo, las semillas de lechuga germinan solamente si se han expuesto a la luz, pero tiene que ser luz roja ya que la luz de una longitud de onda ligeramente superior inhibe su germinación aún de forma más efectiva que la ausencia total de iluminación.  Muchas semillas pequeñas tienen este requerimiento, ya que necesitan germinar en un suelo seco y cerca de la superficie para que las plántulas aseguren su emergencia.

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El fitocromo. Las plantas contienen un pigmento que se encuentra en dos formas diferentes e interconvertibles: Pr (la forma que absorbe luz roja, “red”) y Pfr (la forma que absorbe luz roja lejana, “far red”). Por ejemplo, cuando una molécula de Pr absorbe un fotón de luz de una longitud de onda de 660 nm, se convierte en Pfr en cuestión de segundos; cuando una molécula de Pfr absorbe un fotón de luz roja lejana de una longitud de onda de 730 nm, se convierte rápidamente en la forma Pr en unos 20 a 30 milisegundos. Estas reacciones reciben el nombre de reacciones de fotoconversión. La forma Pfr es biológicamente activa (esto es, desencadenará una respuesta, por ejemplo, de germinación), mientras que la forma Pr es inactiva. De esta forma, la molécula de pigmento puede actuar como un interruptor biológico, conectando o desconectando las respuestas según la forma en que se encuentre.

figura15_6¿A qué se debe que las plantas florezcan conforme a los ciclos naturales de día y noche? Puesto que la luz blanca contiene tanto longitudes de onda de rojo como de rojo lejano, las dos formas de pigmento están expuestas simultáneamente a los fotones que conducen a la fotoconversión a la forma opuesta. Por lo tanto, después de recibir unos pocos minutos de luz, se establece un fotoequilibrio en el que la reacción directa (Pr → Pfr) y la reacción inversa (Pfr → Pr) se equilibran. En estas condiciones siempre hay una proporción constante de cada forma en la población de fitocromo y esta proporción se mantiene mientras haya luz. Cuando al final del periodo luminoso las plantas se encuentran en la oscuridad, el nivel de Pfr declina regularmente durante un periodo de algunas horas. Las PDC finalmente florecerán (de “noche larga”) y las PDL (de “noche corta) no lo harán.

Vernalización. Es un hecho comprobado que no todas las plantas florecen cuando se las somete al fotoperiodo adecuado. En muchas especies vegetales la temperatura influye de manera decisiva sobre la iniciación y desarrollo de los órganos reproductores. La necesidad que presentan ciertas plantas de pasar por un periodo de frío para poder florecer se denomina vernalización: es la adquisición de la capacidad de florecer o su aceleración, mediante la utilización de un tratamiento frío. Es la promoción específica de la iniciación de la floración por un tratamiento frío previo durante la fase de semilla hidratada o de planta joven. Son muchas las plantas que precisan vernalización para poder florecer. Entre ellas se incluyen los cereales de invierno (si no sufren el periodo frío invernal, no espigan o su floración es escasa), la mayoría de las plantas bienales (permanecen en estado vegetativo durante años cuando se las protege del frío invernal) y un elevado número de plantas perennes (las que precisan vernalización deben pasar por un periodo frío cada invierno para poder florecer todos los años).

La duración del periodo de vernalización es muy variable ya que depende básicamente de la especie, e incluso, de la variedad. Se suele medir en “días de frío” a los cuales tiene que estar sometida una planta para que pueda florecer. La respuesta de floración ante la vernalización depende de la temperatura usada y de la duración del período de vernalización. La combinación de temperaturas y tiempos de exposición que resulta más eficaz para conseguir una respuesta máxima debe determinarse para cada especie vegetal.

El contenido de esta entrada ha sido extraído en su totalidad al igual que los diagramas del programa de la cátedra de Botánica de la Universidad Politécnica de Valencia, España, escrito por el profesor Francisco José García Breijo. 

El Sol, fuente de vida.

Para decidir cuáles hortalizas cultivar en nuestro huerto y cuándo hacerlo es fundamental considerar primero la cantidad de radiación solar de la que dispondremos; si vivimos en el trópico, tendremos largos periodos de luz mientras que, si residimos en un lugar en el cual existen cuatro estaciones marcadas, tendremos que elegir variedades de hortalizas que podamos adaptar a los diferentes ciclos de luz/oscuridad que se presentan durante todo el año.

La vida en la Tierra depende del Sol. Sin él no habría plantas ni animales y la Tierra sería como un mundo oscuro, helado y muerto. Nuestro planeta recibe del Sol aproximadamente dos calorías por centímetro cuadrado cada minuto, una cantidad enorme de energía, la cual se emplea en el calentamiento de la Tierra, en la destilación del agua de los océanos y en los procesos químicos de las plantas. Toda nuestra comida y la renovación del oxígeno que respiramos dependen del Sol; nuestros combustibles fósiles son principalmente energía solar almacenada y las especies vivas de hoy representan el resultado de una evolución de miles de millones de años que ha sido mantenida por la constante luz solar. Hace más de 4 000 millones de años que el Sol ha estado calentando e iluminando a la Tierra y gracias a ese continuo calentamiento estamos ahora nosotros aquí.

Es difícil imaginarse la gran cantidad de energía que el Sol emite y de la cual la Tierra intercepta sólo una parte. Como la intensidad de la luz solar disminuye con el cuadrado de la distancia al Sol, los planetas que se encuentran más cerca de él reciben más energía por centímetro cuadrado por minuto y los planetas lejanos reciben menos. La Tierra fue el planeta afortunado del Sistema Solar: la energía recibida del Sol fue la adecuada para el florecimiento de la vida. Hasta donde sabemos, no existe en nuestro sistema ningún otro cuerpo en el que se encuentren organismos vivos ni siquiera en estados primitivos de desarrollo.

Cuando hablamos de la energía emitida por el Sol nos referimos a la luz; más específicamente a ondas electromagnéticas. Es en esta forma como el Sol envía la mayor parte de la energía que recibe la Tierra.

Las ondas electromagnéticas se distinguen unas de otras por su frecuencia (ciclos por segundo) o su longitud de onda. Las ondas más largas —de menor frecuencia— son las ondas de radio, cuya longitud de onda puede ser desde más de mil kilómetros hasta unos cuantos metros. Las ondas electromagnéticas de longitudes entre un metro y un milímetro se llaman microondas y tienen frecuencias mayores que las ondas de radio. Siguen después los rayos infrarrojos, que son las ondas electromagnéticas que se encuentran entre microondas y el rojo, que es el primer color, o la frecuencia más baja que el ojo humano puede detectar. Entre 700 y 400 milimicras de longitud de onda se encuentran las ondas electromagnéticas visibles, que es lo que propiamente llamamos luz, y va desde el rojo hasta el violeta. Solamente en este rango de longitudes de onda es sensible el ojo humano; las frecuencias correspondientes para el intervalo visible son de cientos de billones de ciclos por segundo. Las ondas electromagnéticas de frecuencias más altas que las visibles (longitudes de onda más cortas) son: la luz ultravioleta, los rayos X y los rayos gamma. Todas estas ondas constituyen el espectro electromagnético.

El Sol emite energía en todas las longitudes de onda: desde los ultracortos rayos gamma hasta las gigantescas ondas de radio; sin embargo, no emite la misma cantidad de energía en todas ellas. Aproximadamente el 40% de la energía emitida por el Sol está en la porción visible del espectro y 50% en el infrarrojo; casi todo el resto está en el ultravioleta. La emisión continua de rayos X y de ondas de radio del Sol es sumamente baja y sólo aumenta esporádicamente debido a la ocurrencia de ciertos eventos solares explosivos. También en estos eventos suelen emitirse rayos gamma, pero no parece haber una emisión continua de ellos.

Aunque el Sol emite radiación electromagnética en todas las longitudes de onda,  no todas ellas llegan a la superficie de la Tierra ¡afortunadamente! Nuestra atmósfera sólo permite la penetración de la radiación que se encuentra en dos regiones específicas del espectro: la región visible y una región de ondas de radio (de 1 mm a 30 m) que incluye las microondas. A estas dos regiones se les llama ventanas atmosféricas, y toda la radiación proveniente del exterior con longitudes de onda distintas de éstas es absorbida o dispersada por la atmósfera y no llega al suelo. Hasta hace no muchos años, el hombre había observado el mundo exterior solamente a través de una de ellas: la ventana óptica, es decir, la de la luz visible. Durante milenios, el hombre escudriñó el Universo con el único aparato de que disponía para registrar ondas electromagnéticas: sus propios ojos, y creyó que eso era todo lo que había que observar.

El que la radiación ultravioleta y de onda más corta no penetre hace posible que se mantenga la vida, pues estas radiaciones son letales. Afortunadamente, la mayor parte de la radiación de alta energía es absorbida por los átomos y moléculas de las capas superiores de la atmósfera, con lo que las moléculas se disocian y los átomos pierden algunos de sus electrones, convirtiéndose en iones. Así, por encima de los 50 kilómetros de altura nuestra atmósfera contiene una gran cantidad de iones y electrones libres, formando lo que se conoce como la ionósfera. Gran parte de la radiación ultravioleta de menor energía no es absorbida en estas capas, pero es bloqueada por otra capa inferior, centrada alrededor de los 25 kilómetros de altura, donde se encuentra en abundancia una molécula triple de oxígeno llamada ozono. Esta molécula absorbe el ultravioleta para disociarse e impide así el paso de esta radiación a la superficie. Sin la capa de ozono, el Sol, nuestra fuente de vida, se volvería mortal.

Por otro lado, la ionósfera misma constituye un espejo que refleja las ondas de radio y esto también representa una ventaja, pues permite las radiocomunicaciones aun entre puntos muy distantes sobre la Tierra. Esta capa reflectora regresa a la Tierra las señales emitidas por las antenas de comunicación y permite que alcancen puntos incluso por debajo del horizonte.

El contenido de esta entrada ha sido tomado del documento publicado en la Biblioteca Digital, «Encuentro con una estrella» escrito por Silvia Bravo.

 

Ideas ingeniosas para lidiar con la sequía

Hace unos años, recuerdo haber visto una caricatura que representaba a una persona recién levantada y que asomada a una ventana, decía:  “Soñé que llovía”. Esto, en alusión a una de las peores sequías experimentadas en mi país, Venezuela, como consecuencia del fenómeno climático de El Niño. Desde entonces, el patrón de lluvias se ha visto severamente afectado, trayendo consigo graves problemas de abastecimiento de agua y electricidad.

El presente ciclo, iniciado a finales del año pasado 2015 y que continúa afectándonos hasta el día de hoy, ha sido de una intensidad nunca antes registrada. Según las predicciones de los climatólogos el actual fenómeno de El Niño podría convertirse en el más fuerte jamás experimentado hasta ahora.

Pero, ¿qué es El Niño? Es un fenómeno natural caracterizado por el calentamiento anormal de la temperatura superficial del mar en el océano Pacífico ecuatorial central y oriental. En promedio, se produce cada dos a siete años y puede durar hasta 18 meses. Durante los episodios de El Niño, los patrones normales de precipitaciones y de circulación atmosférica tropical se ven perturbados, desencadenando eventos climáticos extremos en todo el planeta tales como: abundantes precipitaciones, inundaciones, incremento de la temperatura del océano, sequías, incendios forestales y tifones más potentes en el Pacífico Occidental.

Los efectos de El Niño ya se han sentido en algunos países. Por ejemplo, en el “corredor seco” de América central (región propensa a la sequía, compartida por Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador) se ha perdido el 80 por ciento de los cultivos. En Papúa Nueva Guinea, 2,4 millones de personas —una tercera parte de la población total del país— se ven afectadas por la sequía y las heladas, y es probable que estas cifras aumenten a medida que El Niño continúe.

Si bien la sequía es la principal amenaza para la producción de alimentos causada por este fenómeno, El Niño puede provocar también fuertes precipitaciones, inundaciones o un clima extremadamente caliente o frío. Ello puede dar lugar a que se produzcan brotes de enfermedades de los animales, como zoonosis y enfermedades transmitidas por los alimentos, así como plagas de las plantas y fuegos forestales.

Haz clic AQUÍ si quieres saber más sobre el fenómeno climático de El Niño. También puedes visitar la página de la FAO:  http://www.fao.org/el-nino/es/

Frente a este panorama desalentador, tenemos que tomar previsiones si queremos mantener nuestro huerto saludable y rozagante. A continuación, te muestro algunas ideas que nos permitirán hacer un uso responsable de este vital pero escaso elemento.

Lluvia “sólida”. Como una alternativa al problema de la sequía y el cambio climático, el ingeniero mexicano Sergio Rico Velasco desarrolló un sistema de riego denominado «lluvia sólida», que eleva casi 20 veces el rendimiento agrícola en zonas secas. El invento consiste en el uso de una sustancia que atrapa el agua en forma de gel y la adhiere a las raíces de las plantas, lo que permite gelatinizar los líquidos y rehidratarlos repetidas veces durante su vida útil, que va de 8 a 10 años. Este producto puede utilizarse en todo tipo de vegetación, como pastos o bosques, y sobre todo en la producción de alimentos. La raíz se mantiene húmeda por varios meses, y se rehidrata en repetidas ocasiones con las precipitaciones. El agua de lluvia se adhiere al gel localizado en las raíces de las plantas y éste se humedece lo suficiente y permite aprovechar al máximo el líquido, con lo que no hay desperdicio, el agua no se filtra al subsuelo, ni se evapora.

La «lluvia sólida» es ideal para sembrar en zonas áridas, áreas de baja precipitación y en parcelas sin riego. Además, la técnica permite almacenar y transportar agua en este estado hacia lugares de difícil acceso, o en zonas dónde no llueve por períodos extendidos.

¿Cómo funciona? La lluvia sólida es agua obtenida de la lluvia o de cualquier toma de agua, esta se guarda en forma molecular en acrilatos de potasio súper absorbentes, que son capaces de almacenar hasta 500 veces su peso en agua, sin modificar la estructura química de la misma, teniendo como resultado lluvia o agua sólida. Esta tecnología fue denominada por Velasco “Silos de agua” ya que ofrece la posibilidad de almacenar agua en costales o bolsas de plástico en forma de lluvia sólida para posteriormente poder aprovecharse en cualquier época del año, es fácil de transportar evitando pérdidas al ser transportada.

La aplicación de los “silos de agua”,  es simple: los geles se entierran a la altura de la raíz y cuando llueve el agua se vuelve sólida (la tecnología evita que el líquido se filtre o se evapore). El agua permanece así mientras es consumida por la planta según la va necesitando. Una vez que se termina la humedad del polímero éste vuelve a hacerse polvo y cuando llueve nuevamente vuelve a encapsular el agua, manteniéndose en la tierra por un lapso de ocho a diez años.

Lluvia sólidaAlgunos países en los que se comercializa y puedes adquirirlo: México, India, Colombia, Guatemala, Honduras, Ecuador, Nicaragua, España, Portugal, Dubai, Haití y Estados Unidos.

Geles. Agua y nutrientes de lenta liberación. Un gel se define como una red tridimensional de cadenas flexibles, constituida por unos elementos conectados de una determinada manera e hinchada por un líquido. En el caso de que éste último sea agua, se denominan Hidrogeles.

Los hidrogeles son  hidrófilos, es decir, afines al agua, así como blandos, elásticos y en presencia de agua se hinchan, aumentando considerablemente su volumen, pero manteniendo su forma hasta alcanzar un equilibrio físico-químico, mientras que en estado deshidratado son cristalinos. Gracias a esta propiedad, su principal aplicación en agricultura es como un agente que permite la liberación controlada de agua y como estructurador de suelos.

¿Cómo funciona? Los hidrogeles se hinchan con el agua y este hinchamiento es reversible, de tal manera que pueden ser aplicados en el suelo y cuando llueve se hinchan, absorbiendo parte del agua de lluvia, y cuando hay época de sequía, éstos liberan poco a poco el agua absorbida. Suelen emplearse con esta aplicación tres tipos de hidrogeles: poliacrilamida, poliacrilato de sodio y un copolímero de poliacrilamida y acrilato de sodio.

El uso de hidrogeles reduce la erosión del suelo, favorece la regeneración de la materia orgánica y la aireación del suelo, evita la acumulación de sales en la superficie y la excesiva pérdida de agua, aumentando la retención de los nutrientes de las plantas.

En las tiendas especializadas y viveros puedes encontrar varias marcas comerciales de hidrogeles. Algunos no solo suministran agua sino también nutrientes.

Riego por goteo. El riego por goteo es un método de irrigación utilizado en las zonas áridas que permite la utilización óptima de agua y abonos. El agua aplicada por este método de riego se infiltra hacia las raíces de las plantas irrigando directamente la zona de influencia de las raíces a través de un sistema de tuberías y emisores (goteros).

Este método fue impulsado por el israelí Simha Blass quien fundó Netafim, la mayor compañía que existe actualmente en el campo de la agricultura industrial en Israel. Descubrió que un goteo lento y equilibrado conducía a un crecimiento notable. Creó una tubería que libera lentamente el agua en la proximidad de las plantas a través de un número variable de puntos de emisión (emisores o goteros) sin evaporación. Al reducir el volumen de suelo mojado, y por tanto su capacidad de almacenamiento, se debe operar con una alta frecuencia de aplicación, a caudales pequeños.

Desde entonces, el riego por goteo se ha convertido en el eje central de las tecnologías agrícolas. Se ha demostrado que un exceso de agua puede tener efectos negativos en los cultivos, a veces incluso más dañinos que los producidos por la escasez.

Los modelos más recientes se auto-limpian y mantienen un caudal uniforme, independientemente de la calidad del agua y de la presión.

Riego por goteo utilizando botellas de plástico recicladas. Crear un mecanismo casero del sistema de riego por goteo es relativamente sencillo. Un método básico consiste en una botella plástica llena de agua, conectada a un sistema de perfusión de suero intravenoso. La botella se dispone en posición vertical, se abre un agujero en la tapa y se conecta el sistema de perfusión a través de él. La cámara del goteo se ajusta de acuerdo a la frecuencia de goteo que se requiera, y se entierra la boca de la manguera a 2 cm de profundidad, cerca del tallo de la planta.

Una variante más simple (pero de mayor frecuencia de goteo) de este mecanismo es abrir un agujero en la tapa de la botella con un alfiler, cortar un pequeño trozo circular de tela gruesa, e introducirlo al interior de la tapa; llenar la botella de agua, cerrarla y enterrarla en posición vertical o inclinada cerca del tallo de la planta.

El riego por goteo utilizando botellas de plástico recicladas, aparte de ser una forma de reciclar nuestra propia basura, es también una buena forma de ahorrar agua, ya que de este modo la planta solo consume la cantidad que necesita. Este método se puede utilizar tanto para el riego de plantas y árboles en viveros como en zonas urbanas donde hay muchas botellas de plástico de desecho.

Este método sólo emplea una cantidad mínima de agua; pensamos, equivocadamente, que debemos regar las plantas hasta encharcar, sin embargo, al regar por goteo, las plantas reciben sólo la cantidad de agua que necesitan.

Si necesitamos salir de vacaciones y se utiliza este método, nuestras plantas no sufrirán de sequía.

En Internet encontrarás muchos videos que explican diferentes formas de preparar las botellas; AQUÍ te dejo una que me pareció bastante sencilla:

Materiales

Una o más botellas de plástico de litro y medio o de más capacidad.

Un martillo o taladro.

Una aguja gruesa o pica hielo.

Un pedacito de algodón un poco más delgado que una mezclilla. De no tener a mano tela de buen grosor, se pueden poner varias capas de telas más delgadas.

Una broca de 1/16.

Preparación

  1. Marcar la tapa de la botella con algún objeto puntiagudo, para hacer la guía donde se perforará un agujero de 2 milímetros aproximadamente. Se puede usar una broca de 1/16 e introducirla usando un martillo o taladro.
  2. Recortar un pedazo de tela de algodón dando el contorno redondo del interior de la tapa de la botella, para formar un sello permeable al agua. De esta forma, la tela funciona como dosificador del agua.
  3. Hacer un agujero en la base de la botella, con el pica hielo o aguja para que respire.
  4. Se llena la botella con agua y se tapa.
  5. Se coloca la botella con la tapa hacia la tierra, en un ángulo de unos 45 grados junto al tallo de la planta.

Durante la primera media hora el flujo, es más acelerado que posteriormente. Se debe obtener un flujo de entre 10 y 40 gotas por minuto.

Exprimir cada gota de agua del aire. Esta tecnología consiste en bandejas de plástico reutilizables, que recogen el rocío del aire, reduciendo, hasta en un 50 por ciento, el agua que necesitan los cultivos o los árboles.

Las bandejas cuadradas, hechas de plástico reciclado y reciclable, no doméstico, con filtros UV y un aditivo de piedra caliza, rodean cada planta o árbol. Con el cambio de temperatura durante la noche, se forma rocío sobre ambas superficies de la bandeja, que canaliza el rocío y la condensación directamente a las raíces. Si llueve, las bandejas incrementan significativamente el efecto de cada milímetro de agua. Las bandejas también bloquean el sol de modo que las malas hierbas no puedan echar raíces, y protegen las plantas de los cambios de temperatura extremos. Los agricultores necesitan utilizar mucha menos agua y, a la vez, mucho menos fertilizante en el cultivo, lo cual se traduce en menos contaminación del agua subterránea.

Riego con agua salada. En extensas áreas del sur de Israel, se han hallado recursos subterráneos de agua salada. Israel ha empezado a desarrollar métodos de cultivo utilizando agua salada. De momento, se ha descubierto que el cultivo del algodón en agua salada, puede llevar a elevadas cosechas. La fruta cultivada en agua salada es más dulce y su duración es mayor que la de la fruta que se cultiva en agua dulce. Tomates, maíz, melones, sandías y pimiento producidos en agua salada ya se están comercializando y se venden con éxito en el mercado internacional.

Cosecha de agua de lluviaEs la captación de la precipitación pluvial para usarse en la vida diaria.  Aunque la idea no es nueva, es una práctica cada vez más popular en climas áridos. En la antigüedad, miles de personas empleaban el agua de lluvia como principal forma de abastecimiento y hoy en día, muchas otras la almacenan para satisfacer necesidades básicas, para disminuir el gasto por el consumo del líquido, para afrontar los problemas de escasez y como una medida que contribuye a evitar la baja de los mantos freáticos. La cosecha de lluvia puede ser tan fácil como poner un tambor o barril debajo de las canaletas del techo (un sistema de captación consistente en una serie de canales que reciben y conducen el agua por gravedad) o tan complicado como construir una cisterna subterránea con un sistema para sacar el agua. Si el agua va a ser almacenada, tiene que ser filtrada para eliminar la basura y los sedimentos.

Algunas de las ventajas de este método:

  • Ayuda a que lugares que no cuentan con sistema de suministro de agua puedan tener este recurso.
  • Reduce la demanda del agua en los hogares
  • Disminuye el uso del agua potable en actividades cotidianas
  • Disminuye el impacto ambiental y la huella hidrológica que generamos.
  • Reduce la explotación de los mantos freáticos
  • Aunque no es potable, puede tener otros usos como por ejemplo, para el sanitario o para regar jardines.

Algunas de las desventajas de este método:

  • La instalación de estos sistemas de recolección de agua de lluvia puede ser costosa.
  • Solo llueve durante determinadas temporadas.
  • Esta agua difícilmente puede ser usada como agua potable por la contaminación que presenta, así que sus usos son limitados.
  • Es muy difícil solamente subsistir de esta agua ya que se necesitarían espacio y grandes tanques para poder recolectar toda el agua que se consume anualmente por persona.

Finalmente, te dejo este enlace con cinco técnicas para cultivar con poca agua.

El agua, inspiración sin límites

El agua, ese mágico regalo de la naturaleza, ha servido de fuente de inspiración para artistas, poetas y músicos. En su incesante recorrer, moldea la Tierra, creando paisajes maravillosos, de los cuales surgen ecosistemas frágiles, muchos de ellos en peligro de desaparecer. Celebrando el día Mundial del Agua, 22 de marzo, les invito a ver los siguientes vídeos, en los cuales este vital y misterioso elemento, tiene un especial protagonismo.

*El agua que es NIEVE. Precipitación en forma de pequeños cristales de hielo, generalmente ramificados, provenientes de la congelación de partículas de agua en suspensión en la atmósfera, que se pueden agrupar al caer y llegar a la superficie terrestre en forma de copos blancos, los cuales a su vez y en determinadas condiciones de temperatura se agrupan formando una capa sobre la superficie terrestre.

El Himalaya (“morada o lugar de nieve”) es la cordillera más alta de la Tierra, con diez de las catorce cimas de más de 8.000 metros de altura, incluyendo el Everest, con sus 8.848 msnm, la montaña más alta del planeta.

*El agua que es  RIO. Corriente natural de agua que fluye permanentemente y va a desembocar en otra, en un lago o en el mar.

La riqueza paisajística de Nueva Zelanda incluye fuentes termales, glaciares, numerosos lagos, ríos cortos de corriente rápida y fiordos.

* El agua que es LAGUNA. Depósito natural de agua, generalmente dulce, menos extenso y profundo que un lago.

* El agua que es GLACIAR. Masa de hielo acumulada en las zonas de las cordilleras por encima del límite de las nieves perpetuas y cuya parte inferior se desliza muy lentamente, como si fuese un río de hielo.

Maravillosos espejos de agua que reflejan la imponente belleza de la Patagonia, región geográfica ubicada en la parte más austral de América, que comprende territorios del sur de Argentina y Chile.

*El agua que es MAR. Masa de agua salada que cubre aproximadamente las tres cuartas partes de la superficie terrestre.

Galicia, la tierra de los mil ríos, que alimentan un mar bravío y poderoso.

*El agua que es LLUVIA. La lluvia es agua que cae de las nubes, precipitación acuosa en forma de gotas.

Si existe un lugar al cual asociar con la lluvia es Irlanda; en una gran parte del país las precipitaciones son frecuentes registrándose hasta 275 días o más de lluvia. Gracias a esta cantidad de agua que cae, adondequiera que dirijas tu mirada encontrarás hermosos y verdes prados. Escucha a Michelle McLaughlin interpretando Irish Rain.

 

El Clima y el Huerto Urbano

Uno de los factores más importantes que debemos considerar al planificar un huerto en casa es el clima del cual disfruta nuestra ciudad. Inclusive, podemos encontrar diferentes microclimas, sobre todo en las ciudades rodeadas de montañas o que padecen un nivel de contaminación ambiental elevado.

Microclima: conjunto de valores meteorológicos que caracterizan un ámbito reducido y que se diferencian de los que existen en su entorno.

¿Por qué es importante el clima para nuestro huerto urbano? Porque cada hortaliza tiene unos requerimientos individuales de luz solar, temperatura y humedad para desarrollarse de forma adecuada. Si en el área donde piensas cultivarlas jamás se recibe sol, el viento sopla con fuerza o llueve intensamente durante una gran parte del año, probablemente tendrás muchos inconvenientes para llevar a buen término tu proyecto.

Para saber el tipo de clima de una región, se realizan, durante un largo periodo de tiempo, mediciones de algunos parámetros atmosféricos como la temperatura, la presión atmosférica, los vientos, la humedad y las precipitaciones.

Además, el clima se ve afectado por diversos factores naturales: la latitud geográfica (si nos encontramos cerca de la línea del Ecuador o si vivimos en La Patagonia), la altitud del lugar (si vives en Quito o en Barranquilla), la orientación del relieve con respecto a la incidencia de los rayos solares (en una ciudad, tendríamos que considerar si otros edificios, por ejemplo, impiden que el sol llegue a nuestro balcón o terraza) y cuán lejos nos encontramos del mar.

Hay muchas clasificaciones climáticas, es muy difícil elegir alguna, sobre todo porque el Cambio Climático está ejerciendo su efecto en el planeta más rápido de lo esperado.

La clasificación climática mundial según Köppen es la más conocida y utilizada por los geógrafos. Este enlace te permitirá de manera interactiva, averiguar de primera mano, cuál es el clima de tu ciudad. Por ejemplo, si vives en Venezuela, como yo, haz click en el mapa y encontrarás que el clima es el Aw, con algunas zonas al norte del país marcadas como Bwh y Am; el clima Aw según la tabla clasificatoria, corresponde al Clima Tropical (la letra A se refiere a “Clima Tropical Lluvioso”, en el cual todos los meses, la temperatura supera a los 18°C, no existe estación invernal y las lluvias son abundantes; la letra “w” indica “estación seca en invierno”). Esta descripción se corresponde bastante bien con la realidad.

Debido a que los países con climas mayoritariamente templados son los que han desarrollado una sólida cultura hortícola urbana, gran parte de la literatura en Internet está dirigida a las personas que habitan en ellos. Si vives en Europa, Estados Unidos, Canadá, Argentina o Chile, sólo debes navegar un poco en la red para encontrar fabulosos ejemplos. Por otra parte, los que vivimos en climas cálidos, lo tenemos más difícil y, aunque mucha de la información suministrada para huertos en climas templados puede ser útil para nosotros, la verdad es que se encuentra poca literatura dirigida específicamente a huertos urbanos en el trópico.

Si deseas conocer con detalle los parámetros climáticos de la ciudad en donde vives, te recomiendo que consultes la página web del ente público que en tu país se encargue de su determinación (muchas veces estos organismos dependen del Ministerio del Ambiente).  En Venezuela, por ejemplo, es el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMEH).

Sabrás el promedio de días de lluvia, la temperatura media anual, cuáles son los meses más fríos o más cálidos, la probabilidad de tormentas de granizo, etc. De esta manera, podrás planificar tu calendario anual de siembra ajustado a la zona en donde vives.