Guía fácil para cultivar tomates en maceta.

1.- Origen del tomate.

La planta del tomate o tomatera (Lycopersicum esculemtum) es de origen americano y como planta rastrera, crecía silvestre en los Andes, más concretamente, entre Perú y Ecuador. El tomate primitivo era mucho más pequeño que el que conocemos hoy día y lo más probable es que, en aquel entonces, se consumiera como fruta y en temporada. No se sabe cómo llegó hasta México, pero allí fue domesticado y cultivado por primera vez.La-historia-del-tomate-4.jpg

La palabra tomate viene de la lengua azteca náhuatl tomatl (“fruta hinchada”). Cuando los conquistadores lo llevaron a Europa a principios del siglo XVI no tuvo tan buena acogida; al principio se pensó que era venenoso y su planta sólo se cultivaba con fines ornamentales. Al comprobarse su inocuidad, se convirtió en uno de los principales productos utilizados en la alimentación de los países europeos, en especial los de la zona mediterránea. China, India, Estados Unidos y Egipto son actualmente los países de mayor superficie cultivada en el mundo.

2.- Botánica del tomate. Variedades.

El tomate es una planta herbácea, enredadera, de porte arbustivo, que puede desarrollarse de forma rastrera, semi-erecta o erecta, perenne, que, sin embargo, se cultiva casi universalmente como una planta anual por ser susceptible a daño por heladas. El tomate presenta básicamente dos hábitos o tipos de planta: indeterminada y determinada. La planta indeterminada es la normal y se caracteriza por tener un crecimiento extensivo, desordenado y sin límite. En contraste, la planta determinada posee un crecimiento compacto, más o menos erecto, ordenado y limitado.

  • Su raíz principal es fuerte y profunda con abundantes raíces secundarias que enmascaran la principal llegando hasta 1,25 m de profundidad según variedad y tipo de suelo, en un radio de hasta 1,5 m. concentrándose en un 85% en los primeros 30 cm del perfil.
  • Los tallos, huecos, ramificados, vellosos, alcanzan los 200 cm, de 2 a 4 cm de diámetro en base, cubiertos de pelos glandulares y no glandulares.
  • Las hojas son pinnado-compuestas (numerosos folíolos u hojuelas, a lo largo del eje principal de la hoja): miden unos 50 cm de largo y algo menos de ancho. Con un gran folíolo final y hasta ocho laterales, divididos y de borde dentado, recubiertas de pelos del mismo tipo que los del tallo.
  • Las flores son radiales, amarillas, con cinco estambres. Cada tres hojas se presentan flores agrupadas en una inflorescencia que semeja a un racimo, cada uno de ellos tiene entre 7 a 12 flores, sin embargo en las variedades tipo cereza el número suele ser mayor (hasta 100 o más). hoja-y-flor-del-tomate-21521863
  • El fruto del tomate corresponde a una típica baya con una superficie en unos casos lisa y en otros con hendiduras, la cual en madurez presenta un pericarpio carnoso en el cual se ubican las numerosas semillas. Poseen una piel compleja de gran resistencia física y baja permeabilidad. La coloración de los frutos maduros varía desde amarillo a rojo y está dada por la degradación de la clorofila y el desarrollo de pigmentos carotenoides (amarillo-anaranjados) y licopeno, pigmento típico de este fruto, de color rojo.
  • Semillas: muy pequeñas (son unas 350 semillas por gramo), de forma lenticular, miden aproximadamente 5 x 4 x 2 mm. Se encuentran cubiertas de pelos glandulares y no glandulares. El embrión forma dos cotiledones.

 

Variedades.

La lista de todas las variedades conocidas de tomates en el mundo ya ha superado las 20.000 y está en continua expansión. En España, por ejemplo, y siguiendo directrices de la Unión Europea las variedades de tomate para consumo en fresco se clasifican según la forma del fruto en:

  • Redondos lisos. Ejemplos: Angelino, Atlético, Boludo, Brillante, Daniela, Daylos, Dominique, Ikram, Myla, Pitenza, Tyrade, Velasco, Vernal, Zinac, Zoco.
  • Asurcados.Ejemplo: Marmande.
  • Oblongos o alargados. Ejemplos: Realeza, Sunstream.
  • Tomates cereza o cherry. Plantas vigorosas de crecimiento indeterminado. Frutos de pequeño tamaño y de piel fina con tendencia al rajado, que se agrupan en ramilletes de 15 a más de 50 frutos. Sabor dulce y agradable. Existen cultivares que presentan frutos rojos y amarillos. Ejemplos: Aranca, Luciplus, Lupitas, Plumcher, Shiren.

Otra forma de clasificar las variedades de tomate se basa en el tipo de cosecha (todos los tomates se cosechan al unísono o por el contrario de forma escalonada):

Variedades de tomate determinado: 

  • Planta más compacta y arbustiva.
  • Cosecha “toda de una”.
  • Crecimiento limitado.
  • No necesita tutorado ni poda.
  • Perfectos para el cultivo en maceta.
  • Ejemplos: Río Grande, Roma, Cherry Gold Nugget.

 Variedades de tomate indeterminado:

  • Crece de manera ilimitada.
  • Es necesario retirar chupones.
  • Produce tomates durante toda la temporada de manera escalonada.
  • Requiere tutorado.
  • Ejemplos: Marmande, Muchamiel, Black Cherry, Green Zebra.

En nuestros países latinoamericanos contamos con una amplia variedad de especies autóctonas, que, sin embargo, debemos ayudar a preservar:

  • El Tomate de Árbol (Solanum betaceum), probablemente autóctono del Perú, se cultiva en Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina.
  • Ojo de Venado y Chusma (Solanum lycopersicum var. cerasiforme), de México.
  • Limachino, de Chile.
  •  Rojo Puntón y Negro Silvestre Lojano, de Ecuador.
Tomate de árbol

Tomate de árbol

Si pinchas AQUÍ encontrarás un listado de las principales variedades de tomate.

Y en este ENLACE podrás observar fotos de algunas de las variedades de tomate más cultivadas.

3.- Condiciones idóneas para el cultivo del tomate.

  • Temperatura óptima de desarrollo: es una planta que requiere climas cálidos y se ve afectada por el frío y temperaturas inferiores a 0°C. Necesita fluctuaciones de temperatura entre el día y la noche: 21-27°C (día) y 12-15°C (noche).
  • Humedad relativa óptima: 70-80%. El exceso favorece enfermedades fúngicas; su defecto, disminuye la producción; ambos extremos influyen negativamente en la polinización.
  • Luz: necesita de muy buena luminosidad (mínimo 14 horas al día).
  • Se adapta a muy diferentes tipos de suelos, ricos en materia orgánica con pH desde ligeramente ácidos hasta ligeramente alcalinos.
  • Drenaje: suelos muy bien drenados ya que no soporta el anegamiento. 

4.- Semillas y Semilleros.

Para obtener las semillas bastará con elegir un tomate de la variedad que deseemos cultivar. Procuraremos obtener este tomate de nuestro proveedor habitual ya que así sabremos la calidad de los productos que vende. El ejemplar elegido debe estar libre de enfermedad o podredumbre, con un buen grado de maduración. Lo ideal es que hayan sido cultivados de forma ecológica, así tendremos una elevada probabilidad de que las semillas sean productivas; no debemos olvidar que muchas de las verduras, frutas y hortalizas comercializadas hoy día son producto de procesos de mejora genética que dan como resultado especímenes estériles.

Al llegar a casa, cortaremos el tomate por la mitad y con una cucharilla, extraeremos las semillas y las colocaremos en un cuenco. Dependiendo de si vamos a sembrar o no de inmediato, tendremos que eliminar o no el mucílago o gelatina que recubre las semillas; si no vamos a utilizar las semillas en el momento, y deseamos almacenarlas, es imprescindible retirar el mucílago y secar muy bien las semillas; para ello colocaremos las semillas en un colador y bajo el chorro de agua de nuestro fregadero las lavaremos hasta eliminar por completo los restos de tomate y mucílago.

Posteriormente, las semillas se expondrán al aire cerca de una ventana sobre una servilleta de cocina gruesa o sobre un trozo de tela limpio, esto con la finalidad de que las mismas se sequen completamente. En algunos lugares quizás necesites de algunos días para lograrlo.

Luego de comprobar que las semillas están perfectamente secas, se recomienda almacenarlas en un lugar seco, oscuro y fresco, colocándolas en un recipiente hermético (pueden ser bolsas de plástico con cierre al vacío) y etiquetándolas (variedad, fecha, etc.).

Si haces clic AQUÍ podrás ver cómo obtener tus propias semillas de tomate.

Los semilleros se preparan utilizando vasos de plástico, por ejemplo, a los que se le abren algunos agujeritos en la base para garantizar un correcto drenaje. Se ponen algunas piedrecillas en el fondo y se llena el vaso con sustrato para almácigos (AQUÍ puedes ver cómo se prepara) hasta una altura de unos 4 cm.

Remojar las semillas de tomate permitirá que broten y acelerará el proceso de germinación. Las que has conservado almacenadas de tiempo atrás se benefician mucho del remojo, ya que les permite absorber el agua que necesitan. Las semillas de tomate que recientemente sacaste de un tomate ya estarán llenas de agua, y se pueden plantar de inmediato para iniciar el proceso de germinación. No remojes las semillas por más de 24 horas. Dos horas es, por lo general, suficiente.

En cada semillero se colocan tres semillas de tomate separadas convenientemente unas de otras cubriendo con un poco más de sustrato y humedeciéndolo. La razón por la que se colocan tres semillas es que con frecuencia no todas germinan o germinan tardíamente; algunas crecen de forma más vigorosa, etc. Esto nos permitirá elegir más fácilmente con cuál plantita nos quedaremos finalmente.

semilla tomate

Aunque depende del espacio disponible en casa y de la cantidad de plantitas de tomate que planifiques tener, te recomiendo que siempre prepares varios semilleros y los coloques en una bandeja, así podrás transportarlos fácilmente para que reciban luz durante el día y en la noche los puedas resguardar en casa del viento y de las bajas temperaturas. Siempre es recomendable rotular con marcador la fecha en la que preparas los semilleros.

5.- Germinación.

La germinación requiere un equilibrio entre temperatura, humedad y niveles nutricionales, así como también un ambiente de crecimiento adecuado. Se requiere de humedad continua para que la semilla logre los niveles apropiados de contenido de agua. El proceso comienza cuando la semilla llega a un nivel de 30% de humedad. La temperatura óptima de crecimiento para las semillas de tomate es de entre 24 a 27°C. Bajo estas condiciones, la semilla germina en un lapso de entre siete a diez días.

Durante la germinación se produce una raíz embrionaria, que también se conoce como raíz primaria. Esta ayuda a anclar la semilla y permite que absorba agua y otros nutrientes desde el suelo. A medida que la raíz crece, se desarrollan raíces secundarias y la embrionaria se convierte en la raíz principal de la planta de tomate.

Con el paso de los días y a medida que nuestras plantas crecen observaremos la aparición de dos “hojitas” que son los cotiledones, parte del brote embrionario que emerge de la semilla. Es el primer tallo y hojas de la planta. Los cotiledones no son hojas verdaderas, sino hojas jóvenes «falsas». Ayudan a comenzar el proceso de fotosíntesis, brindando más energía y nutrientes a medida que la plántula crece.

Al brotar las primeras dos hojas verdaderas, se seleccionará de cada semillero una plantita de entre las tres que sembramos. Casi siempre alguna no germina o muestra signos de debilidad, en estos casos, nos decantaremos por la más vigorosa; no es recomendable arrancar las plantitas no elegidas, ya que podríamos dañar a la elegida; simplemente las cortaremos limpiamente con una tijera de poda. Si pensamos que las tres semillas producirán plántulas de buena calidad y no se desea desechar ninguna, plantaremos una semilla por semillero.

Ya que de cada pelito del tallo pueden llegar a desarrollarse raíces, a medida que la planta crece iremos incorporando sustrato hasta donde empiezan los cotiledones, fomentando así su crecimiento.

6.- Trasplante del tomate.

Tomates en macetasLas plántulas deben tener un mínimo de tres a cuatro semanas de edad y tener al menos dos pares de hojas verdaderas y haber desarrollado un sistema de raíz densamente ramificado  antes de ser trasplantadas a un envase más grande. Se recomienda realizar sucesivos trasplantes incrementando el tamaño del envase cada vez (macetas de 5, 10 y 15 cm). Al realizar el trasplante, la planta se coloca al fondo de la maceta, recortando las hojas que estén estropeadas o comenzando a amarillear y cubriendo con sustrato el tallo hasta las primeras hojas. De esta forma con cada trasplante más raíces pueden crecer a partir del tallo enterrado. Se pueden reutilizar con este propósito los envases de agua mineral de 5 litros a los que se les ha cortado la parte superior y se les han abierto agujeros en el fondo.

El envase al que finalmente trasplantaremos nuestro tomate debe ser lo suficientemente grande (de unos 20 litros) como para que podamos colocarle un sistema adecuado de soporte o tutor y añadirle con facilidad abono.

7.- Tutorado o Soportes.

 La mayoría de las variedades de tomate necesitan un soporte al que puedas atarlas para desarrollarse bien; se debe por tanto, tutorar la planta a medida que va creciendo, ya que los frutos son pesados y las ramas se pueden quebrar con facilidad. Para ello, puedes utilizar una sencilla estructura en forma de tipi (tienda de piel de forma cónica que utilizaban como vivienda los indios de las praderas de América del Norte), en forma de obelisco (varios soportes que se unen en la parte superior) o guiarlos sobre un tutor central. Hay variedades de mata baja, como los ‘Cherry’, que no necesitan tutores, ideales para cultivar en macetas y contenedores pequeños.

¿Cómo se hace? Se clava una caña al lado de cada plantita, intentando no dañar las raíces (si la tierra está húmeda se pueden clavar con más facilidad) atándola para sujetarla a la caña y manteniéndola lo más derecha posible a medida que vaya creciendo. Algunas personas colocan otra caña en el lado opuesto uniéndolas con cuerdas y una más por encima de los vértices a modo de cabaña india para conseguir una estructura más estable, sólida y resistente que pueda sostener el peso de los tomates. Para atar las plantas a la caña o varilla se pueden utilizar cuerdas, hilos, rafia natural, etc. No se recomienda utilizar alambre, bridas o plástico.

Al atar la planta no es aconsejable que quede pegada a la varilla, se debe evitar forzarla para no dañar el tallo; conforme vaya creciendo iremos fijándola a la caña. Los tutores deben ser lo suficientemente firmes como para soportar vientos fuertes.

Existen en el mercado estructuras listas para usar, indicadas sobre todo cuando se cultiva en terraza empleando para ello mesas de cultivo, como este Tutor en Espiral fabricado en acero galvanizado especialmente indicado para guiar el crecimiento de las tomateras u otras hortalizas trepadoras sin atarlas.

8.- Recolección y almacenamiento del tomate.

Las variedades “determinadas” (ejemplos: Celebrity, Floramerica, Mountain Gold, Tiny Tim y Cherry Gold), producen una densa agrupación de flores, dejando de crecer y dando su fruto en un período de tiempo corto, es decir, el fruto madura todo a la vez, lo cual puede ser un problema. Una solución es plantar sucesivamente para que la cosecha se extienda durante semanas y meses, conforme las plantas maduran. Los tiempos de cosecha, desde colocar las semillas en el suelo hasta recoger y comer, van de 45 a 72 días.

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Las variedades “indeterminadas” (ejemplos: Cascade temprana, Early Girl, Delicious, Supersteak y Beefmaster, Jubileo naranja y rosa Brandywine, Super Sweet 100 y Large Red Cherry), a diferencia de las anteriores, producen flores y frutos que van madurando de forma paulatina con el transcurrir del tiempo, por tanto,  la cosecha usualmente dura de dos a tres meses. La producción es mayor que la de las variedades determinadas pero tardan más en madurarse.

En su maduración, que es escalonada, el tomate va desde verde intenso a rojo, pasando por un estado intermedio denominado pintón. Aunque es recomendable dejar que los tomates se maduren completamente en la planta, algunas personas recogen los frutos mediante un corte nítido en la unión del pecíolo al tallo cuando ya tienen color, pero aún no están maduros; la recogida frecuente acelera el desarrollo de los que quedan, mientras que los cortados, maduran con rapidez en el interior; los tomates completamente maduros generalmente son rojizos. Así, pueden almacenarse en el refrigerador, pero solo por unos días, ya que tiende a deteriorarse su sabor. A temperatura ambiente los tomates se pueden almacenar durante 5-6 días.

9.- Plagas y enfermedades más frecuentes del tomate.

El tomate es una planta particularmente sensible, entre otras, a: la oruga del tomate, los gusanos grises, los minadores, la mosca blanca, araña roja, los pulgones y los chinches.

En cuanto a las enfermedades que le afectan, además de nematodos le atacan varios hongos: mildiu, alternaría, oidio, botritis, etc.

El control biológico ha dado buenos resultados. Puedes utilizar algunos insectos depredadores de huevos, larvas y adultos de la mosca blanca, por ejemplo. Para el minador (hace galerías en las hojas del tomate para alimentarse de la savia y ponen sus huevos dentro de esas galerías), se utiliza el diglyphus, una avispa que parasita las larvas del minador paralizándolas.

También se recomienda eliminar las hojas infectadas en el caso del minador, aplicar azufre en polvo semanalmente para contrarrestar a la araña roja, asociar el tomate con ajo y cebolla, los cuales emiten olores que alejan al pulgón, al igual que el perejil y la albahaca, plantar flores para atraer insectos benéficos a la huerta, entre ellos las mariquitas, las crisopas y las avispas. El ajo se puede utilizar como repelente para el pulgón y la mosca blanca (licuar cuatro dientes de ajo en un litro de agua y dejar reposar de 12 a 24 horas, colar y aplicar semanalmente con pulverizador).

Se puede preparar un insecticida de jabón y agua diluyendo una cucharada de jabón blanco en un litro de agua y aplicándolo semanalmente con pulverizador.

Con bicarbonato también se prepara un buen fungicida: cuatro cucharadas en cuatro litros de agua y una cucharada de jabón en polvo, se mezcla bien y se rocían las plantas.

10.- Cuidados especiales del tomate.

Poda: desde el momento en que empiezan a crecer, a los tomates hay que quitarles los chupones (chupón = vástago que brota en las ramas principales, en el tronco y aún en las raíces de los árboles, y les chupa la savia y amengua el fruto), para que la planta no pierda fuerza en ramificaciones, así el tallo principal recibe todos los nutrientes y posteriormente la planta producirá tomates más grandes y más hermosos. Estos brotes pueden plantarse en el suelo y enraízan fácilmente. Hay que saber diferenciar entre el tallo principal y los chupones para evitar eliminar hojas útiles. En cuestión de una semana pueden brotar chupones bastante grandes, por lo tanto, hay que estar atentos. Se ubica la axila y se elimina manualmente doblándola con suavidad hasta que salga. Algunas personas utilizan herramientas, pero si no han sido bien desinfectadas, pueden transmitir enfermedades a la planta. Si no se realiza esta práctica la tomatera pierde mucha fuerza. Algunas personas recomiendan no podar todos los chupones, sólo los que aparezcan de la mitad de la planta para arriba.

Riego: Cuando el tomate está produciendo fruto necesita enormes cantidades de agua, por eso tenemos que estar atentos para que no le falte, sobre todo en climas cálidos y cuando sembramos en maceta. Si le falta agua, la planta se debilita trayendo como consecuencia plagas y problemas en los frutos. Si es posible, se recomienda el riego automático por goteo. Es muy importante que no se moje la planta al regar para evitar problemas de hongos (regar sólo en la base).

Temperatura: por lo general, cuanto más sol, mejor, pero si hace mucho calor hay que controlar el grado de insolación que la planta recibe (temperatura ideal: 26° C) ya que el excesivo calor puede hacer que se marchiten las flores y se pudran los frutos. El poco sol incide en el tiempo de maduración de los frutos, que en este caso será mayor.

Insectos: se deben eliminar inmediatamente, sobre todo si se observa que están comiendo o chupando una hoja. Mucho cuidado de no eliminar los insectos benéficos: mariquitas y avispas; algunos insectos perjudiciales son: gusanos, chinches, escarabajos y saltamontes; igualmente si observamos huevos en las hojas se retiran los huevos o las hojas.

Hojas enfermas: se deben identificar y eliminarlas. Manchas amarillas o manchas marrones con bordes amarillos son indicativas de hongos; deben ser eliminadas antes de que la enfermedad se propague y sea inmanejable. Las manos y las herramientas utilizadas para cortar las hojas deben ser desinfectadas. De esta manera no se contagia al resto de las plantas.

Abono: el tomate necesita mucha materia orgánica y nutrientes por lo que se debe fertilizar periódicamente, preferiblemente con productos orgánicos.

Pájaros: recolectar los tomates justo antes de que empiecen a madurar.

Altura de la planta: si la planta supera en altura al tutor se corta la punta de la planta para que no crezca más.

Ramas auxiliares: una vez que la planta supera el metro de altura, aparecen unas ramas en la base de la planta; se recomienda mantenerlas y si es posible, enterrarlas ya que así sacarán raíces, proporcionando alimento extra a la rama madre.

10.- Valor nutricional del tomate.

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Referencia: Wikipedia